La Provincia planea comprar el predio de Villa Piolín

La Provincia planea comprar el predio de Villa Piolín

“La expropiación salió hace años, estaba tasada en australes” dijo el fiscal de Estado.

DE MUDANZA. Mucha gente se resiste a irse de Villa Piolín; les prometen relocalizarlos “para que vivan mejor”. la gaceta / fotos de jorge olmo sgrosso DE MUDANZA. Mucha gente se resiste a irse de Villa Piolín; les prometen relocalizarlos “para que vivan mejor”. la gaceta / fotos de jorge olmo sgrosso
05 Noviembre 2014
La pregunta que se realizan casi todos los vecinos desalojados del barrio Ángela Riera, más conocido como “Villa Piolín”, es por qué. Por qué los sacan del lugar que ocupan desde hace tanto tiempo, por qué no les mejoran sus viviendas ahí, en esa media manzana donde casi todos han transitado la vida entera. Y también se preguntan para qué: cuál es el destino de ese pedazo de tierra enmarcado por las calles San Lorenzo, Crisóstomo Álvarez, Ernesto Padilla y Juan B. Terán.

“Yo no tengo idea cuál es el destino de ese predio, es algo que excede a mi función. Nosotros no hacemos la relocalización pensando en el espacio, sino en mejorar la calidad de vida de la gente que lo está ocupando irregularmente”, explicó Gustavo Durán, titular del Instituto de la Vivienda (IPV). “Más allá de que sus habitantes consideren que están bien o que están hace mucho tiempo, lo cierto es que viven en condiciones de hacinamiento que no le hacen bien a nadie, y mucho menos a los niños que se están desarrollando sin intimidad. Estamos pensando también en las generaciones que vienen”, dijo el funcionario.

El predio que ocupan los habitantes de Villa Piolín es objeto de un viejo litigio entre una empresa privada y la Provincia de Tucumán, según contó el titular de la Fiscalía de Estado, Jorge Posse Ponessa. Mientras esa dependencia realiza un pormenorizado informe sobre el itinerario administrativo del terreno, el funcionario brindó algunas precisiones. “A grandes rasgos, ante la usurpación, la antigua sociedad anónima que era su propietaria le exigió al Estado por vía judicial una expropiación inversa, es decir que este le comprase el terreno. Es un proceso que tiene muchos años; de hecho, la sentencia expropiatoria salió en australes”, explicó. “En estos momentos estamos buscando hacer los ajustes correspondientes para poder pagar y que la Provincia tome posesión del predio”, agregó. Con esto, el terreno que hasta ahora es privado, se convertiría en un bien público.

A pesar de que no hubo anuncios oficiales al respecto, Ponessa considera que lo más probable es que el predio sea utilizado como espacio verde o para algún servicio público. En este aspecto coincidió con Durán. “No tengo novedades del destino del predio, pero si tuviera que recomendar un uso, diría que se realice un emprendimiento de interés público, como una plaza, un sitio recreativo o un dispensario, por ejemplo”, afirmó. Posse Ponessa aseguró que la Provincia hará uso de la opción de pago y se quedará con el predio.

Más rápido
El movimiento era incesante ayer durante la segunda jornada de traslado de la “Villa Piolín”, la media manzana ubicada detrás de la ex Cootam y ocupada irregularmente por 152 familias. Algunas de ellas quedaron despiertas hasta la madrugada embalando los objetos que llevarán a su nueva casa en El Manantial; los propietarios se apuran en demoler sus viviendas, intentando llevar la mayor cantidad de ladrillos posible para luego ser reutilizados en el barrio donde ya se reubicaron otras tres villas este año.

“Afortunadamente estamos yendo más rápido que el primer día, la gente está más preparada y nos espera con todo listo”, afirmó el titular del IPV. Ese organismo es el ejecutor de la relocalización que se realiza a través del programa nacional FedVillas. La mudanza se está llevando a cabo primero desde la periferia del predio, donde la mayoría de las casas son de material. Según estimaciones de Durán, el traslado estaría listo a mediados o fines de la semana que viene.

El lunes comenzó la mudanza y ese día se pudieron reubicar 16 familias. Ayer, el número ascendió a 50. “¡Ahora quieren irse todos juntos! -exclamó Gladys Salomón, responsable del área Social del IPV-, pero es algo que pasa siempre: al principio hay algo de resistencia, pero cuando ven que los vecinos se están yendo aumenta la confianza y la tarea se agiliza”, contó la funcionaria. Ayer se sumó personal del Ente de Infraestructura Comunitaria de la Provincia, lo que permitió hacer más veloz el proceso. “Estamos un poco acelerados, porque nos gustaría terminar lo más rápido posible”, admitió Salomón.

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