Woody Allen sigue haciendo magia
16 Octubre 2014
El escepticismo del flemático Stanley, un experto a la hora de desbaratar los trucos de falsos espiritistas, cede ante la belleza de Sophie, quien realmente parece capaz de comunicarse con los habitantes del otro mundo. Lo que se inició como una cruzada contra el engaño muta en historia de amor, toda una especialidad en manos del incombustible Woody Allen. En “Magia a la luz de la luna”, su película número 47, el director cuenta en los roles protagónicos con el ganador del Oscar, Colin Firth, y con su nueva musa, la radiante Emma Stone.

Allen llevó la historia a la Francia de los años 20 (imposible no remitirse a “Medianoche en París”), la vistió con su amada música de jazz y se permitió bucear en el tema de la magia, uno de los predilectos desde su infancia de aprendiz de prestidigitador.

“Espero que haya cierta cantidad de magia en la vida. Desafortunadamente, no hay suficiente. Hay pocas cosas, esporádicas, que uno podría considerar mágicas. Pero la mayor parte es realidad gris”, apuntó Allen, tan activo como siempre y feliz por haber encontrado a Stone, con quien ya está rodando otra película.

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