Bonistas podrían pedir un pago inmediato

Bonistas podrían pedir un pago inmediato

El plan del Gobierno para reestructurar la deuda externa generaría una acción de reclamo

22 Agosto 2014
BUENOS AIRES.- El plan de Argentina para reestructurar su deuda externa a fin de sortear el fallo de una corte estadounidense que le impidió pagar a sus acreedores aumenta el riesgo de que los inversionistas demanden al país el pago acelerado de sus bonos.

La tercera economía de América Latina cayó en su segunda cesación de pagos en poco más de una década, lo que abre la posibilidad de que bonistas reclamen el pago inmediato de valores de los títulos que posean, en un proceso conocido como aceleración.

Una aceleración podría dejar al país frente a demandas por hasta U$S 30.000 millones, una cifra que supera las reservas en moneda extranjera del Banco Central.

Argentina entró en default al no haber cumplido con un pago de intereses a fines de julio debido a un bloqueo de una corte estadounidense, que impidió al país pagar vencimientos de deuda reestructurada hasta que no compense a un grupo de fondos de cobertura que en dos ocasiones rechazó canjear sus títulos.

Wall Street había quedado dividida respecto del riesgo de una aceleración, ya que algunos gerentes de fondos -incluso aquellos que tienen bonos argentinos- argumentaban que eso sólo endurecería la postura del Gobierno en contra de los “holdouts” en momentos en que aún había esperanzas de una salida negociada.

Pero, el anuncio de la presidenta, Cristina Fernández, el martes, de que Argentina presionaría para realizar pagos de sus bonos soberanos a través de un banco estatal en Buenos Aires, echó agua fría sobre cualquier resto de expectativa de un acuerdo con los acreedores holdouts.

Analistas del mercado de bonos soberanos dijeron que probablemente no haya una resolución de la saga de la deuda hasta después de las elecciones presidenciales de octubre del 2015, en la cual Fernández no puede presentarse, lo que prolongaría la exclusión del país de los mercados globales de capitales.

“La estrategia clara de no pagar a los holdouts y no solucionar la cesación de pagos podría impulsar a la aceleración de los bonos”, dijo Siobhan Morden, analista de Jefferies. Argentina cayó en un default parcial (cesación de pagos) luego de que el juez de distrito de Nueva York, Thomas Griesa, bloqueó el pago de un cupón por U$S 539 millones, tras ordenar que los bonos canjeados no podrán recibir pagos hasta que el país no cancele a los acreedores “holdouts” el valor total de sus títulos. Ese dinero permanece retenido por el agente de pagos, el Bank of New York Mellon (BONY).

Un proyecto de ley que será discutido la semana próxima en el Congreso, busca remover a esa entidad y poner en ese rol al Banco Nación para asegurar pagos futuros de deuda a través de bancos locales.

“La buena noticia es que Argentina finalmente está proponiendo cómo pagar a sus tenedores de bonos. La mala noticia es que esa complicada conversión a ley local o a pago local trae un alto riesgo de ejecución”, afirmó Morden.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, desafió al veterano juez Griesa, al decir que un pago total a los holdouts sería una “locura”.

Kicillof dijo que no sabía qué implicaciones podría tener el cambio de jurisdicción o de lugar de pago en relación con el riesgo de una aceleración.

Una aceleración ocurre si acreedores con al menos el 25% del valor nominal de cualquier serie de bonos reestructurados demandan un pago inmediato.

De todos los bonos susceptibles a una aceleración, una de las series de PAR en dólares con vencimiento en 2038 ha sido el foco de la atención de los inversores, con un capital de sólo U$S 95,3 millones, reportó la semana pasada IFR, un servicio de información financiera de Thomson Reuters.

Como se negocia a poco menos de 48 centavos por dólar en los mercados internacionales, el PAR ofrece una ganancia mayor a la del Discount en dólares si se acelera el pago del título para recuperar 100 centavos por dólar.

El Discount, otro de los títulos emitidos en los canjes de deuda de 2005 y de 2010, vale alrededor de 80 centavos por dólar. (Reuters)

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