01 Junio 2014
UNA DE KARATEKA. Así intenta frenar “Cata” Díaz a “Gio” Simeone, el delantero de River que falla al intentar llevar la bocha.
MÉXICO.- Cambió el escenario y el país, pero el 2014 del River-Boca sigue siendo “millonario”. El equipo que espera por Marcelo Gallardo empató 1-1 pero como viajó con la racha en la valija, inclinó la balanza desde los 12 pasos (4-2).
Como el guión de una película sin acción pasó el primer tiempo. Al toque de calidad sólo lo dio Manuel Lanzini, y rescató la etapa con un pase entre líneas ideal para la solitarísima llegada de Daniel Villalva. Lo de “Manu” fue a lo Román, a lo Riquelme que extrañó el Boca copado de pibes en la mitad de cancha. Igual, lo peor no fueron la escasez de llegadas o el cero peligro, sino el papelonero Jorge Pérez Durán, que desnudó dos vergüenzas casi al mismo tiempo: cobrar un penal inexistente para River y luego, arrepentirse.
Que la velocidad con la que encararon los jugadores ciertos pasajes del complemento no confunda: el partido siguió siendo malo. Tanto como la definición de Claudio Riaño que terminó en el travesaño de Marcelo Barovero y no en la red, como parecía gol cantado. Aquello al menos fue signo de que Boca intentaba. Por eso luego llegó el gol de Claudio, que definió tan mal como la primera vez, pero que para la ocasión tuvo la suerte de que su pelota entrara sin que “Trapito” o los palos pudieran impedirlo. El empate llevó todo a los penales y ahí no quedaron dudas: el súper, otra vez tenía que ser para River.
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