“Nadie le dio importancia al caso de Pamela”

“Nadie le dio importancia al caso de Pamela”

Mercedes Saldaño recibió ayer la confirmación que temía: el cuerpo hallado en Ticucho en el año 2000 pertenece a su hija. La mujer buscó a Pamela Laime durante 14 años sin saber que había sido asesinada. Expresó su bronca hacia la Policía, el Gobierno y la Justicia. “Lo que hicieron conmigo es una burla hacia una madre”.

DOLOR DESGARRADOR. Ángela trata de contener a su madre, Mercedes Saldaño, apenas recibió la noticia de la identificación del cuerpo de Pamela Laime. la gaceta / fotos de antonio ferroni DOLOR DESGARRADOR. Ángela trata de contener a su madre, Mercedes Saldaño, apenas recibió la noticia de la identificación del cuerpo de Pamela Laime. la gaceta / fotos de antonio ferroni
30 Mayo 2014
No había fuerza capaz de sostener a esa madre deshecha. Las puertas de la Fiscalía VIII se abrieron y salió Mercedes Saldaño presa de un dolor desgarrador. Dos de sus nueve hijos, Ángela y Ramón, intentaban contenerla. La mamá de Pamela Laime paseó sus lágrimas por los pasillos de Tribunales, atravesó la puerta principal y al llegar a la vereda se quedó inmóvil, sin saber a dónde ir. “¿Por qué la dejé trabajar?”, se preguntó, ahogada en llanto, mientras Ángela trataba de convencerla de que no era su culpa, de que Pamela necesitaba trabajar y que por eso había viajado desde Garmendia hacia la capital el 18 de octubre de 2000, cuando la vieron por última vez.

Un día después, la Policía encontró su cuerpo en Ticucho. Tenía tres heridas producidas por un hacha en la cabeza. Pero nadie advirtió que se trataba de Pamela, la misma joven de 17 años que era buscada desesperadamente por su madre. Recién el 18 de mayo de este año, cuando LA GACETA publicó su historia, el policía retirado Marcial Escobar reconoció a la joven y le comunicó la situación a la fiscala Adriana Giannoni. La comparación de las huellas dactilares le confirmó ayer a Mercedes que había encontrado a su hija y que estaba en el osario común del Cementerio del Norte, enterrada como NN desde hace 14 años.

La mujer regresó a Garmendia para darle la noticia a su nieta. “Le pido a Dios que me dé fuerzas para mirarle la cara a esa criatura, arrodillarme delante de ella y pedirle perdón porque no pude encontrar a su mamá con vida”, expresó Mercedes. Su mayor preocupación era la adolescente de 16 años, que ya se había descompensado cuando se enteró de que ese cuerpo podría pertenecer a su mamá, y ayer temían por su reacción.

Perdón
La reunión entre Mercedes y Giannoni no duró más de 15 minutos. “Ella (la fiscala) está muy dolorida porque es madre, no tenía palabras para decirme. Estoy agradecida con ella porque movió todo para que se sepa la verdad. No esperó un ADN, fue a la Maternidad a pedir las huellas que habían quedado de Pamela cuando tuvo a su bebé y las comparó con el cuerpo”, explicó la mujer.

A Mercedes no le dieron mayores explicaciones en la Fiscalía y se limitaron a pedirle perdón. “¿Pero qué hago yo con el perdón si 14 años se calló este hombre (Escobar)? ¿Por qué no habló? ¿No había comisarías en ese momento? Es una burla, me hicieron buscar a mi hija por todos lados, pasar por un montón de cosas, es una tortura lo que viví”, reclamó indignada.

Mercedes tomó aire, se secó las lágrimas con un pañuelo amarillo que presionaba en su puño y agregó: “yo la quería encontrar con vida. Está bien, no se pudo. Pero ahora quiero que pongan la Justicia a mi disposición, que se descubra quiénes fueron los asesinos porque no hay derecho a hacerle esto a una chica joven, llena de vida, luchadora, que no quería que le faltara nada a su hija, que trabajó en el limón, lavó ropa, hizo todo por su hija y sus hermanos”.

La lucha de Mercedes por encontrar a Pamela fue larga y solitaria. “Les pedí ayuda a las autoridades de Garmendia y nunca me dieron bolilla, al señor (José) Alperovich le supliqué varias veces que me reciba y jamás me recibió. Nadie le dio importancia al caso de Pamela, nadie me ayudó para encontrar a mi hija. Y yo no quería plata, sólo quería justicia. Tuve que conseguir cada moneda para viajar por las provincias. Lo que hicieron conmigo es una burla a una madre”, sentenció con dolor.

La mujer lamentaba que su hija hubiera tenido que dejar su casa para trabajar como niñera en la capital. “Tuve a mis nueve hijos y a ninguno lo separé de mí, pero en ese momento ella tenía que trabajar porque no había ni siquiera planes (sociales) como ahora”, explicó.

Tras la desaparición de Pamela, Mercedes también tuvo que hacerse cargo de su nieta. “Nunca le dieron ni un salario ni una obra social a la nena, todo lo tuvo bajo mi sacrificio. ¿Qué ayuda me quieren dar ahora? Si ni un cajón voy a tener para mi hija ¿Cómo la voy a enterrar? Es una risa del Gobierno”, insistió.

La mujer contó que en la Fiscalía le ofrecieron entregarle los restos en una urna. “El cajón en el que está se ha deteriorado con los años y ahora me quieren dar una urna chiquita, pero yo les dije que no, que quiero un cajón normal, de donde sea voy a sacar plata para que sea velada como tiene que ser”, aseguró Mercedes. Antes de emprender la vuelta a Garmendia, lamentó: “el dolor que ahora estoy sintiendo no se lo deseo a ninguna madre”.

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