Se abrió el cielo y la gente copó San Javier y la Perón

Se abrió el cielo y la gente copó San Javier y la Perón

Después de varios días de lluvia, los tucumanos salieron a disfrutar del feriado en los pulmones de la ciudad. El cerro San Javier, el preferido.

PASEOS. La excelente conectividad de San Javier permite a los adolescentes pasear y chatear al mismo tiempo.  LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO PASEOS. La excelente conectividad de San Javier permite a los adolescentes pasear y chatear al mismo tiempo. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO
04 Marzo 2014
Después de casi dos semanas de lluvias y sólo por novena vez desde que comenzó el verano, miles de tucumanos salieron a celebrar al aire libre lo que quedaba del fin de semana largo. ¡Por fin! gritaron muchos y se largaron en bici, auto, moto o al trote a respirar el aire fresco del cerro San Javier y la avenida Perón.

Primer día feriado de Carnaval. Todavía había agua retenida en las esquinas y a los costados de la Mate de Luna. A lo lejos, se veían las cumbres nevadas.

¿Qué vamos a hacer?, se preguntaron las docentes de la Comercio II, que más que compañeras de trabajo son amigas. Miraron el cielo azul y no lo pensaron dos veces, se fueron directo a pasear y almorzar a San Javier.

En el restaurante del hotel Sol no cabía un alfiler y las tonadas delataban que había tantos tucumanos como turistas. “Tenemos unas 100 personas en el hotel, pero además el restaurante está llenísimo porque salió el sol y la gente se volcó al cerro. La próxima vez vamos a tener que pedir que hagan reservas”, reclamó una empleada.

“¡Estábamos hartas de la lluvia!”, reconocieron las docentes Jacqueline Habib (de Inglés) y Alba Dip (de Biología). Las profesoras comparten una mesa en el medio del salón. “¡Mirá, somos tan unidas que hasta salimos de vacaciones juntas!”, rieron Elena García (de Matemáticas) y Estela Habib (de Educación Artística). “¡Ya estamos organizando el segundo encuentro con docentes jubiladas y en actividad”, anunciaron Nora Naufe (de Matemáticas) y Nora Jalil (de Física y Matemáticas). Cuando vieron a la fotógrafa de LA GACETA se alborotaron divertidas y regalaron su mejor sonrisa.

Por el camino

El tránsito en el cerro es bastante intenso. Hay grupos de todas las edades y familias completas. Pero Eugenia Colombres sube sola, trotando. Es licenciada en Enfermería y trabaja en el hospital Avellaneda. “Me gusta oncología, pero se ve mucho sufrimiento, por eso este es mi cable a tierra, en medio de la naturaleza”. Eugenia vive en el centro de la ciudad pero para ella “la vida está acá”. No siempre fue una trotadora solitaria. “Antes venía con mi mamá, Laurita Herrera de Colombres, ella salía corriendo desde el centro, una vez le hicieron una nota por eso”, sonrió entre la nostalgia y la tristeza.

“Somos muchos los que venimos al cerro y tratamos de convivir lo mejor posible, aunque no falta el que te tiene a los bocinazos o el auto que se te viene encima. Lo que falta es educación, sin duda”, opinan Ralf y Carlos Bleckwedel que acompañan a Paula Forté en bici de competición. “Es una lástima que siendo tan concurrido este lugar no haya un lugar para beber agua o un banquito siquiera. En cambio, he visto que al parque 9 de Julio lo están equipando muy bien”, comparó Paula.

No sólo hay deportistas en el cerro, muchas familias celebraron que salió el sol con un picnic. Allí estaban la pareja de peluqueros de Gabriela Quiroga y Ariel Sánchez con sus hijos Lautaro y Maira. “Esta mañana vimos el pronóstico en el diario y salimos”. Aunque sea algo muy simple, en estos tiempos, que salga el sol es una buena noticia.

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