Crisis policial y saqueos
 LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
11 Diciembre 2013

Furia que asusta

Qué tristeza, dolor e impotencia ver a mis comprovincianos, hermanos de nuestro diario vivir, actuar de la forma en que lo hacen. El acto de robar, de por sí es condenable, pero destrozar todo lo que está a su alcance demostrando tanta furia, enajenación y un resentimiento tan elevado, realmente asusta. No les interesa en lo más mínimo el daño irreparable que generan a todos los negocios/empresas con sus latrocinios. Ni en las películas se ve tanta saña cuando saquean. Ni los animales actúan de esta manera, ya que estos, cuando lo hacen, es por un tiempo muy breve, y generalmente cuando luchan por su vida. Ante estos hechos muy lamentables, me pregunto; ¿Por qué estas personas actúan de esta manera? ¿Esto lo hacen voluntariamente o son direccionados? ¿Será que cada vez más se sienten marginados socialmente? ¿El Gobernador y el ministro de Seguridad no tenían información de lo que se estaba gestando? Es evidente que el Gobierno, que es el responsable de la seguridad de todos sus habitantes y en particular de los que generan fuente de trabajo, no tuvo en cuenta ni evaluó que muchos tucumanos quedarán sin trabajo, producto de que varios de los comerciantes/empresarios saqueados, de seguro tendrán que cerrar sus comercios. La verdad, ¡qué década ganada! ¿no?

Rodolfo Emilio Castillo

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Basta de mentiras

El Gobernador y el señor Hofer nos subestiman y nos toman por tontos a los tucumanos o mienten. ¿Qué piensa usted? También dijo: “La seguridad está bien en Tucumán”, al tiempo que se producían saqueos en varios puntos de la ciudad. Por si no lo sabe, señor Gobernador, la seguridad no está nada bien en Tucumán, hay gendarmes en el centro y se produjo un sinfín de robos y saqueos, no hay colectivos ni taxis, están todos los negocios cerrados. Por favor basta de mentiras, soy uno de los despedidos de la Caja Popular... ah, cierto que según el interventor no hubo despidos. La realidad es otra. No subestime a los tucumanos por favor.

Juan Manuel Bevacqua

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Como pirañas

“Argentina, país de buena gente”. Por favor que el gobierno saque esa publicidad que resulta una herejía porque ni siquiera nuestro Señor Jesucristo permitió que lo llamen así cuando le dijeron: “maestro bueno... sino que los interrumpió y les dijo: ¿por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino uno solo, Dios” (Mateo 19:17). De buenos no tenemos nada los seres humanos. ¡Qué triste ver los saqueos! ¡Esa horda de delincuentes que como pirañas atacaban! Pero perdón: ¡las pirañas atacan para comer! Los humanos, que yo sepa, no comemos plasmas, cubiertas, ni ningún artefacto eléctrico. ¡Una vergüenza! ¡Dios se apiade de sus míseras vidas y llene el hueco podrido de sus almas!

Juan José Soria

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¿Qué les enseñan a sus hijos?

A los que se hacen dueños de lo ajeno y salen a robarle al vecino el producto de su trabajo, pregunto: ¿no tienen hijos, hermanos, padres que miren la sociedad que están formando y que cada día se critica? ¿Esos son los valores que inculcan a sus hijos, enseñándoles a delinquir, a tomar lo ajeno, a usar la violencia y no el trabajo para vivir? ¿Esperan a que haya heridos o muertos para salir a marchar pidiendo justicia si ellos mismos no la ejercen? ¿Y los gobiernos tienen que oprimir hasta el ahogo al trabajador, con trabajo en negro, bajos sueldos, jubilados al borde de la indigencia después de trabajar toda una una vida, servicios e impuestos impagables que crean la desesperación del que quiere cumplir y no puede y la impotencia del que no consigue un trabajo que le permita vivir con dignidad? ¿Tiene que destruirse la ciudad para ser escuchado, que ya no se puede vivir, porque no existe el diálogo y la riqueza la disfrutan unos pocos, mientras la mayoría se hunde cada día más en deudas porque no alcanza el fruto de su trabajo? Esta es la sociedad que está creando la década ganada. Ganan la pobreza, la violencia, la droga, se matan entre hermanos, se roba al vecino y los ojos inocentes de los niños miran y aprenden el delito, los vicios y la falta de respeto al prójimo. Señores responsables, miren las necesidades del pueblo y trabajen para los que confiaron en su idoneidad y honradez para conducir sus destinos.

Irma Susana Tula

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No controlan a su policía

Maldita Policía. Les damos armas y chapa para que protejan a la ciudadanía y se vuelven contra nosotros liberado zonas para que la delincuencia arrase con todo lo que encuentra a su paso. Tu pellejo no vale 5 centavos. El León Alperovich Group no puede manejar ni gobernar a la policía; no puede controlar ni detener la delincuencia ni al narcotráfico. La policía negocia su sueldo poniéndole la pistola en la cabeza al Gobierno. El oficialismo no sabe administrar y la oposición sigue brillando por su ausencia. Tucumán es tierra de nadie. El León Alperovich Group no aporta soluciones, y la oposición tampoco. Qué triste que la tierra del Papa esté llena de saqueos, policías sublevados, narcotraficantes que reinan en las calles. Que Dios se apiade de nosotros.

Pablo Medina

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Los que echan nafta al fuego

Todos nosotros sabíamos de toda esta ingobernabilidad inminente desde las elecciones, sabíamos que se iban a adelantar los reclamos salariales, sabíamos que los opositores políticos internos y externos iban ha esperar todas las oportunidades para echar nafta al incendio y que después se harían los santos escandalizados; sabemos que los opositores respaldan esta toma de rehén a todo Tucumán, y si no ¿por qué tanta caradurez policial para extorsionar al poder? ¿En qué se respaldan? Y para usar a quienes los policías conocen mucho: a los rateros, tenemos dos años de este lodazal hasta el cambio de gobierno, y si queremos cambiar antes de caballo va ha ser peor.

Luis Romero

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El ejemplo viene de arriba

¡30 años de democracia tan esperada Hoy quisiera escuchar a la Presidenta pedir disculpas al pueblo por la corrupción, la mentira, la desigualdad social y otros flagelos que son, sin justificar a todos los delincuentes que actuaron en estos días, el verdadero motivo de la triste realidad que vivimos. “Cuando los que gobiernan pierden la vergüenza, el pueblo pierde el respeto”. La verdad, no sé de quién es la frase, pero es cierta. Los ejemplos vienen de arriba, del que se supone es el que más preparado, está en sapiencia y voluntad para dirigir destinos. Como en el hogar ¿vio?, los hijos van aprendiendo de los padres y de los mayores que los rodean; es así de sencillo, sin vueltas. Se predica con el ejemplo. En Tucumán fue un día de espanto, con un saldo hasta ahora de dos muertos. Escuché hablar de fiesta... ¿qué se festeja?

Noemí Barrenechea noemi

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Inacción de los funcionarios

Gracias, señores funcionarios, por sus palabras vacías, por sus sólo actos de presencia, por no hacer nada ante la lamentable situación que estamos viviendo. Gracias por incentivar los saqueos, no haciéndose cargo de sus obligaciones, y dejando a la buena de Dios a la gente de la provincia. Que nada tiene que ver y termina siendo rehén de la situación actual. Se está saqueando en todos lados y no se puede hacer nada, es una barbaridad y todo esto quedará en la nada después, como se hace siempre que ocurre algo, nadie tiene que ver nada ni sabe nada. Muchas gracias por su gestión. Vergüenza les debería dar.

Federico Lell

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La rebelión de las mafias

En este país casual no existen las casualidades. Qué ironía, ¿no? Porque el paro policial viene de la mano de los saqueos organizados, como si los compañeros de ruta, o de camino, me hacen un favor, que se paga con otro. No es casual que lleguen en motos, familias enteras de delincuentes, en zonas liberadas, desprotegidas por los que dicen o creen tener vocación de servicio y van al paro, como cualquier trabajador asalariado. Si no te gusta el sueldo buscate otro trabajo, o varios otros, como cualquier asalariado, que no maneja un arma ni el 24 x 48, ni los adicionales y tantos “tramuyos” más. Es una vergüenza tratar con este tipo de gente, de uno y de otro lado, pero lo positivo es que deja a cara descubierta todo lo que se hizo mal: los subsidios, las dádivas y los planes nunca reemplazarán la educación tan necesaria para unos en estos casos; y la incapacidad, la falta de códigos, de reglas, de profesionalismo, en los otros. Ya no podemos convivir con la delincuencia, de uno y otro lado; debemos llamar a las cosas por su nombre y buscar a los hombres probos y honestos que desarmen a estas mafias enquistadas, que han hecho del delito una forma de vida. ¿Existirán? Porque hasta el momento el único creíble en esta increíble historia es el Oficial Gordillo, que nos cuenta la triste realidad.

Elio Alfonso Molinillo                          

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Fines justos, medios viles

Me parece justo el reclamo policial; arriesgan su vida por un sueldo muy bajo, y además un básico ínfimo que no les reporta en su jubilación los años de servicio que tuvieron al servicio de la comunidad. Pero es cierto que el derecho genera obligaciones y bajo ningún punto de vista podrían descuidar a la sociedad con el fin de presionar para conseguir algo. Es un hecho tan vil como aquellos que saquean aprovechando la impunidad. Que el gobierno otorgue lo que piden porque es justo, pero pasen a disponibilidad a toda la policía desde el jefe de policía hasta el último agente que ingresó ayer. Que el ser policía vuelva a ser una vocación y no una salida laboral, que con sus nuevos sueldos no les permitan adicionales en comercios privado; que estén en la calle y no detrás de un escritorio; que los corruptos vayan a la cárcel sin miramientos, que cumplan sus condenas por robos, por gatillo fácil, por venta y distribución de drogas; que exista una unidad de Asuntos Internos formada por civiles que no cubran a los corruptos; en definitiva, que haya una nueva policía, eso es ser justo.

Juan Pablo Fernández                                

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“Sensación”

A través de este medio quisiera pedirle un favor, no publique cartas que hablen de los saqueos y rapiñadas ocurridos últimamente, ya que todo es un mero caso de sensación, como la que venimos sintiendo la mayoría de los argentinos, “sensación”. ¿Hasta cuándo deberemos soportar y aguantar todas estas mentiras? ¿“La década ganada”? El gobernador, bien... en alguna playa caribeña o en algún camello. ¿Ahora quiénes serán los culpables de estos aberrantes actos? Argentinos, tucumanos, basta, ¿hasta cuándo vamos a seguir soportando el comportamiento de estos que se hacen llamar señores, que dilapidan el erario sin control alguno, con todos los estamentos de control subordinados al poder, y nosotros sin derecho a reclamar, pero ellos sí, y con muchos privilegios adquiridos del poder del pueblo? El pueblo no se merece esto.

Julio E Bertrand                                            

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¿Y dónde están los punteros?

Manifiesto mi solidaridad con los cientos de empresarios, comerciantes y emprendedores, afectados en su patrimonio por los lamentables sucesos de saqueo y vandalismo que empañan nuestra imagen como sociedad. Hago votos para que el Estado, de forma inmediata, restablezca el orden, y sin condiciones subvencione las cuantiosas pérdidas sufridas por los hombres, mujeres y organizaciones que día a día generan riqueza y trabajo. Me hubiese gustado ver al ejército de políticos y punteros, militando sin mezquindades, por la sagrada garantía Constitucional a la seguridad pública, de la que deberíamos gozar todos los que constituimos esta sociedad organizada en un Estado de derecho. Calmar a la horda no es tarea fácil. Sin embargo, quien se acerca a pedir el voto para desarrollar un programa de gobierno, debe estar preparado para hacer desistir a la masa de acciones sociales perjudiciales. Observo con desazón el vertiginoso descrédito del líder político en las clases sociales bajas. Estimo que las acciones sociales anárquicas encubren un marcado ánimo de venganza y repudio hacia sus privilegios. Asimismo, me huele a tufillo la sincronía de la protesta policial y la acción violenta y salvaje de los saqueadores. Creo que lo único que debemos descartar es su espontaneidad. Por último, reflexionar sobre la vocación del policía como servidor público, su reclutamiento, y en general sobre la institución policial, es una de las acciones de políticas públicas prioritarias en la agenda del gobierno.

Rubén Alejandro Rosales                                                

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Un día sin autoridad

No quiero hacer un análisis político, sino social del momento. Quién tiene la culpa o si las formas de los reclamos son justos y correctos no quiero analizar ahora. Sí quiero detenerme en lo que el lunes Argentina mostró como sociedad. Un día no tuvimos esa figura de autoridad parada en las calles y todo fue un caos. Nunca fueron los mejores en su trabajo y creo a mi gusto que hay más cosas negativas que positivas en la fuerza, pero la sociedad necesita verlos para sólo así respetar los contratos sociales vigentes. Demostramos como sociedad que no maduramos junto con la democracia. Por las redes se veían a miles queriendo saquear. La falta de policía es verdad que dio vía libre a los delincuentes para actuar. Entonces, según la lógica básica, se demostró ayer que hay miles y miles de delincuentes en la sociedad. ¿Por qué tenemos que tener a la maestra delante para portarnos bien? ¿Por qué, cuando no están mamá o papá hacemos desastres? ¿Por qué cuando el cinto no sale del pantalón le dejamos de tener miedo? Porque no nos educaron o no quisimos aprender. Los saqueadores no fueron esos indigentes que buscaban qué comer. En el centro se veía mucha gente bien, esperando la “oportunidad”. Porque como sociedad seguimos necesitando del azote y no seguimos la zanahoria. Porque como sociedad necesitamos el castigo para cumplir; y cuando estos no están, tan mal estamos que ayer pedíamos por el “Malevo” o por Bussi para que esto se contenga. Hasta se añoraba a los militares para poner orden. Una sociedad madura, seria y responsable, no necesitaría policía para que sus integrantes se porten bien. Murieron argentinos. Se enfrentaron vecinos, esos que mañana se cruzarán en la cancha de fútbol o que se ayudarán a pechar el auto que no arranca. 30 años de democracia y como pueblo no aprendimos nada.

Julio Bucci                                            

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La descomposición social

La noche del 9 de diciembre y madrugada del día 10, quedarán grabadas en mi memoria y en la de mi familia, creo que por siempre. Una horda de salvajes, descontrolados, en motos, de a dos y hasta de a tres, con armas en las manos, asolaron y saquearon a los tiros gran parte de los comercios de la villa 9 de julio y de toda la ciudad capital e interior. La impunidad y la violencia con la que actuaban deja entrever el grado de descomposición social que existe. Cuando la policía no está autoacuartelada, la situación no es muy distinta, pero sí de menor magnitud. Una policía encargada de la seguridad, cuya tarea principal parece ser la de cobrar sueldos, sin preparación alguna y sin tarea de inteligencia y prevención, no nos sirve. Una policía asociada al delito o competidora de los delincuentes, tampoco. Una fuerza sin compromiso ciudadano y ético, menos que menos, porque ha dejado de servir para servirse del público. Una policía cuyos jefes se la pasan declarando en los juicios orales por actos delincuenciales propios o de los demás integrantes de la fuerza, es una parodia de policía. Agentes de calle que se la pasan mandando mensajes de texto y no saben cómo proceder en un hecho específico, es moneda corriente. Uno ve en las fotos de los saqueos en LA GACETA y se le dobla el alma de pena y cuando uno lee que nuestro gobernador  dice, 24 horas antes de los saqueos generalizados, “.. que todo está bien con la seguridad...”, uno cae en cuenta en manos de quién estamos y de cuánto peligro corremos. Nuestra clase dirigencial y nuestros representantes son una vergüenza y una afrenta para esta sociedad.

Pablo Parellada                            

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Policías con miedo

El 9 de diciembre, aproximadamente a las 19, concurrí a la comisaría 12a, sita en calle Félix de Olazábal 1.400, a realizar una denuncia, pero la persona que se encontraba allí me dijo que no me la iba a tomar porque tenía miedo. Ante mi queja de que me tenía que recibir la denuncia porque yo no tenía nada que ver con el problema policial, y por lo tanto no debía sufrir las consecuencias del mismo, me dijo “Vaya a la comisaría 6, ahí a lo mejor le reciben la denuncia.” No sé para qué tenemos policías que tienen miedo, no sé por qué dejan de cumplir su trabajo permitiendo los saqueos, y tampoco sé por qué piden un aumento de sueldo que no se lo merecen. Tal vez haya alguien que se haga eco de mi problema y resuelva ese problema de miedo que tuvo la comisaría 12a. Y de una vez por todas se solucione la inseguridad en la provincia.

Daniel Norberto Pellegrino                

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Empobrecimiento moral

Quedó bien claro, si alguna duda teníamos, que en nuestro país, y Tucumán no es la excepción, nadie nos cuida. Estamos a la deriva, mañana a cualquiera se le ocurre robarnos, matarnos, quitarnos un ser querido y nadie, absolutamente nadie, nos defenderá. Tenemos un Estado totalmente inoperante, incapaz, que sólo está mirando el bolsillo propio. Policías sin la menor vocación de servicio que nos dejaron a la deriva y permitieron muertes innecesarias. Gobernantes que no dieron la cara mientras la provincia estaba en vilo. Un gobernador que luego de 24 horas de zozobra salió a decir que “los tucumanos no nos merecemos esto”, caramba, como si nosotros no lo supiéramos. En fin, imagino que salir a reconocer la propia impericia no debe ser fácil. Por eso digo a nuestros gobernantes y a la colección de políticos enriquecidos gracias a nosotros que ya nos les creo nada, que sus estadísticas mienten, que hay una gran pobreza y falta de educación y que esta combinación letal es la que da pie a hechos vandálicos como los que vivimos. Yo no pido que se vayan todos, quiero que se queden, que paguen por el daño que nos han causado, por el empobrecimiento económico, pero sobre todo moral, cultural y ético, en el que nos han sumido.

Alejandra Molteni                                                              

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¿Partícipes secundarios?

Los delitos cometidos durante los saqueos tienen autores a los que la Justicia debe investigar con auxilio de los videos y fotografías periodísticas que seguramente requerirá a los medios. Y como en toda cuestión criminal, se analizan los “Partícipes necesarios o primarios e instigadores” (artículo 45 del Código Penal (CP) y también los partícipes secundarios, según artículo 46 (CP) que reza: “Los que cooperen de cualquier otro modo a la ejecución del hecho y los que presten una ayuda posterior cumpliendo promesas anteriores al mismo, serán reprimidos con la pena correspondiente al delito, disminuida de un tercio a la mitad”. Lo subrayado por el suscripto se corresponde exactamente con lo sucedido: al no intervenir la policía en su misión de prevención del delito, voluntariamente está cooperando “de cualquier otro modo (lo previsto en el art. 46), a la ejecución del hecho”. ¿Habrá jueces y fiscales dispuestos a que la ley se cumpla? ¿Habrá quién le enrostre al gobernador el abandono de sus responsabilidades, según establece la Constitución de Tucumán? (Art.101-”Adoptar las medidas necesarias para conservar la paz y el orden público por todos los medios que no estén expresamente prohibidos por la Constitución y leyes vigentes. Asimismo, garantizar la seguridad pública desarrollando estrategias y políticas multidisciplinarias de prevención del delito y la violencia, diseñando y facilitando los canales de participación comunitaria”. Por último, según la Constitución Nacional (art. 128), “Los gobernadores de provincias son agentes naturales del Gobierno federal para hacer cumplir la Constitución (que incluye el Preámbulo como normativa primigenia) y las leyes de la Nación”. ¿Releyeron esos artículos el gobernador y su ministro de seguridad ciudadana?

Carlos Duguech                                  

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Lo que se lleva no regresa

Porque no se habló anticipadamente de los malestares  que sufren los policías, las 15 provincias sufren de lo mismo, y somos conscientes de que todo no está bien. Pero se habla; ¡jamás se pone límites al diálogo!. La sinceridad es producto de la educación; la  democracia es la mejor forma de expresarnos; cuando se relacionan los ciudadanos tenemos amigos y parientes policías. La formación que nos orienta en el futuro es la que nos distingue; ningún oficio es chico ni grande; se nutre con los años y perseverancia; todo ciudadano merece ser respetado y considerado. Detrás de un trabajador existe una familia, claro que sí: ¡el trabajo dignifica!

Carlos Rubén Ávila                                          

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Respeto y vergüenza perdidos

Rabia, impotencia, tristeza, desolación, nunca imaginé que todos estos sentimientos pudieran convivir en mi corazón, y en el de todos los tucumanos que vivimos del trabajo. ¿Cuándo fue que perdimos el respeto y la vergüenza? ¿Cómo pueden los llamados guardianes del orden dejarnos expuestos a ladrones y asesinos? Y no saqueadores, porque esa palabra no les va. El gobernador, por supuesto, brilló por su ausencia; claro, a él sus protegidos no lo tocarán, ellos lo votaron a cambio de impunidad; además él y su familia tienen guardaespaldas; además Gendarmería lo primero que rodeó fue Casa de Gobierno. ¿Por qué? Los que lo hubiésemos “linchado” estábamos más preocupados por nuestra seguridad y la de la familia; dejó que miles de comercios y casas de familias quedaran arruinados; gente que nunca pensó en matar una mosca, armada hasta los dientes para defender lo que con tanto sacrificio logró poseer. Señores, y conste que los llamo así porque me enseñaron a respetar y no porque lo merezcan, espero sinceramente que se acaben los planes de la vagancia con los que compran votos, y a cambio, desde el más pequeño de los comercios reciban una compensación económica justa; es urgente, hágase cargo.

Patricia Mejías                                    

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Causas y efectos

Releyendo los documentos de Parque Norte, recientemente traídos a la memoria de nuestra joven democracia por LA GACETA, trato de rescatar unas pocas ideas fundamentales para explicar lo que hoy nos pasa. Se planteaba la reforma del Estado como herramienta de transformación, abandonando incluso posiciones estatistas mantenidas a ultranza desde la Carta de Avellaneda; que fuera base de las plataformas políticas radicales de la segunda mitad del siglo XX; pero se detallaban dos premisas elementales que debían ser recuperadas: La cultura del esfuerzo y la ética de la solidaridad debían ser los pilares de un nuevo contrato social entre los argentinos, para la reconstrucción de una nación devastada por décadas de  golpes de Estado y desastrosas políticas económicas. Diez años de menemismo y dos de incapacidad de la Alianza hicieron falta para dejar tapados en el olvido esos conceptos, pero en la última “década ganada” por el kirchnerismo se fue más allá; y nuevas ideas fuerza fueron puestas en práctica. Solamente detallando algunas podemos empezar a entender por qué la simple ausencia policial por reclamos salariales seguramente justos (causa) produce como efecto estos saqueos generalizados, donde grupos que pueden o no ser asociados a delincuencia o marginalidad, salen a apropiarse de lo que encuentran a tiro. Las dádiva y el clientelismo político, practicados como modelo gubernamental, son conceptos diametralmente opuestos a los anteriores. Por ellos, grandes sectores sociales piensan que se puede cobrar sin trabajar (en realidad sólo a cambio de un “trabajo político” en elecciones y movilizaciones), que sus derechos son absolutos y no derivados de deberes precursores; que la protesta del piquete es la mejor herramienta porque logra resultados inmediatos, y que en la construcción política vale todo. El problema es cultural y más grave de lo que parece, porque en el discurso oficial la propuesta de esta última década en lugar de alimentarse de la unión nacional quiere surgir de la división de los argentinos. ¿Resolverlo? Siendo un problema cultural… sólo desde la educación.

José Ricardo Ascárate                                

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Un saludo desde ciudad gótica

Señora Cristina Fernández, espero que se dé cuenta de que los sucesos de los últimos días llegan a molestar a todos los ciudadanos que sinceramente queremos un modelo de país que contemple la seguridad como la primera prioridad y no como un discurso para ser presidenciable. Esto ya no pasa por ser anti o pro, nac y pop o conservadores capitalistas; es un tema del cual se tienen que ocupar (pero ocupar en serio) yo hasta ahora no la escuché hablar, no sé qué piensa de los saqueos, me parece que debería darle vergüenza ser la cabeza de un país que tiene problemas como este; la institución policial está hecha para defender, no para boicotear, debería hacer planes de educación moral para todos y todas. Realmente no puede ser que en las calles la gente esté actuando como cavernícolas y que anden por todos lados con el grado de violencia con el que se manejan. La verdad, me da vergüenza su gobierno y esta sociedad, y debería darles vergüenza a todos. Esto que está pasando es la clara decadencia de su “década ganada”. Un saludo desde Ciudad Gótica, no, perdón, por un momento pensé que estaba en una ficción. Un saludo desde San Miguel de Tucumán.

Alejandra Casas                                          

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A 30 años de la democracia

Thomas Hobbes, el fundador de la ciencia política moderna, sostenía que antes de la construcción del estado los hombres vivían en  un estado prepolítico en el cual el hombre era un lobo para el hombre. Y, a treinta años de la recuperación de la democracia, estamos instalados en una situación de guerra permanente, a la luz de los horrorosos acontecimientos que estamos viviendo en estos días. No pretendo discutir la legitimidad que tienen los trabajadores de cobrar un salario justo. En cambio, quiero reflexionar sobre las contradicciones que vive el país, y particularmente, nuestra provincia. No deja de ser paradójico que desde hace varios días se sabía lo que estaba por ocurrir en relación con la situación salarial del personal policial y sus gravísimas consecuencias. Sin embargo no se tomaron las medidas preventivas del caso. No deja de ser paradójico que nos enteremos de los sucesos en Tucumán por algunos medios gráficos y que el grueso de la información la recibimos por canales televisivos nacionales. No deja de ser paradójico que en el marco de los 30 años de democracia nos encontramos sumidos en la barbarie y en el autoritarismo, cuyo verdadero rostro es el de la violencia. El viernes ocurrieron dos hechos de violencia en la puerta de la Quinta Agronómica, en la cual dos profesores fueron brutalmente golpeados a plena luz del sol, sumado a una serie de atropellos que se producen diariamente y que permanecen ocultos. No deja de ser paradójico que la cúpula policial no haya salido a ofrecer seguridad a la población y que no se hayan tomado medidas  que defiendan la seguridad y la propiedad de las personas. No es paradójico, en cambio, que un legislador haya salido a alentar al personal policial a seguir luchando por sus derechos, aun a costa de las vidas humanas. Ahora bien, quién se va a hacer cargo de las muertes, de los robos, quién va a reponer las pérdidas a grandes empresas, y, peor aún, a los dueños de pequeños almacenes, kioscos y bares, que han visto desvanecerse los ahorros de toda una vida. ¿No es paradójico, doloroso e irracional que los vecinos hagan justicia por mano propia  para defender su vida y propiedades? No se puede tapar la realidad con las manos. Los ciudadanos esperamos que los organismos del Estado, los políticos, los educadores y todos los actores sociales se pongan al frente de esta gravísima situación que debilita el tejido social y vuelve a los hombres lobos del hombre.

Susana Maidana                              

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Políticos que no saben

Imposible de comprender que políticos gobernantes, políticos opositores, funcionarios del gobierno, en fin todos los que forman parte de la clase política y gubernamental actual, no supieron ni saben solucionar los problemas de los ciudadanos comunes, que votamos confiados en su capacidad para los cargos que ocupan, se burlaron y lo siguen haciendo. Renuncien y llamen a nuevas elecciones, pero generales.

Marcelo Rubén Oviedo                         

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Delincuentes con ayuda

Qué vergonzoso y triste cumpleaños para los primeros 30 años ininterrumpidos de la llegada a la democracia. Vergonzoso ver por las calles a la misma gente que camina todos los otros meses del año a mi lado, esta vez robando negocios. Diciembre ya no es el último mes de año que esperamos con alegría: hace 13 años lo esperamos con temor, pánico y preocupación. Antes eran la pobreza, los bajos sueldos, que no estoy a favor pero... organizaban los saqueos con la ayudita de algunos por allí que para desestabilizar daban una mano. Pero lo más lamentable es que no solamente son los delincuentes saqueadores los que actuaron, sino que les dio una mano la fuerza policial, que estando en la calle y viendo saquear, no hizo nada, dejando a comerciantes y conciudadanos indefensos, alegando que ganan poco porque arriesgan sus vidas... las nuestras no valen... un niño que cruza una calle arriesga su vida, un maestro al que se le cae el techo arriesga su vida, un obrero que pinta el el piso 5to arriesga su vida... todos arriesgamos nuestras vidas. Un médico del hospital gana $7.500 y estudió 10 años; un policía hace un curso de tres meses ¿y quiere ganar 12.000? ¿Cuál es la verdadera justicia? ¿Cuando haya un paro docente o de la administración porque van a pedir lo mismo lo van a reprimir? ¿O vamos a pelear mano a mano? Qué sinvergüenzas... por calle Muñecas hacen cola como “mininos” para entrar a la fuerza y a los dos años son “tigres” en contra de los comerciantes, de los empleados, de los empleados bancarios, de los ciudadanos, de sus propios hijos que van a la escuela, y de la gente común, y armados. Le dije a uno que haga algo el lunes... un flacucho que sin 45 no le pega a nadie, me dijo: “andá de aquí o te c...a p...” ¿Qué es esto? ¿Habrá que sumariarlos a todos, dejarlos cesantes, y acusarlos por extorsión? No me digan que no estaban organizados los saqueadores pasaron por Francisco de Aguirre y Ejército del Norte hacia el sur. Me rodearon, todos en motos... daban pánico. No digo que no pidan recomposición salarial, todos la merecemos pero no es el modo, ni se aprovechen de la coyuntura del mes para lograr lo que ya estaba acordado hasta el mes pasado. Espero que hayan tenido un feliz día de la democracia.

César Ricardo Trejo                                    

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Noche de terror

A las 6 hs del 10/12, con voz quebrada por el llanto, escuché a una locutora de una radio tucumana, refiriéndose a los saqueos que vándalos y desaprensivos efectuaron en distintos negocios de nuestro Tucumán. Este saqueo lo viví con terror, cosa que no sentí en el 2001. Por la noche no dormí y sentí el pasar por la calle de las motos con arrebatadores. Impotencia, dolor, rabia sentí por lo que estaba ocurriendo en una “década ganada” en la que la mayor parte de los desocupados recibieron “inclusión social” con planes y otros ítems dados por el Gobierno, mientras que los reales trabajadores, los que con sacrificios tratan de salir adelante dando trabajo a otras gentes, se vieron despojados de sus bienes por aquellos “que van por más”. El pedido de aumento por parte de los policías, que más que pedido es una coacción, fue el detonante de estos hechos. Estamos y estuvimos desprotegidos por parte de los policías. A esta altura ¿quiénes los penan  por el abandono de un servicio que no es cualquiera? Deploro la actitud de la policía y espero que el Gobierno tome medidas porque en el medio estamos los ciudadanos, la población laburante que con sus impuestos les paga a estos señores y a los que no podemos dejar de exigir seguridad. En cuanto a los vándalos, ojalá se los identifique, cosa que creo imposible, y se les dé un castigo ejemplar. Hambre no hay, vandalismo sí. Así transcurrió la vispera de celebrarse 30 años de “Democracia”. Democracia que no sabemos o saben vivirla.

Juana M. Farías                                  

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“Un país con buena gente”

Me pregunto... ¿cuál es el país con buena gente?. Quiero el país que el doctor Alfonsín me prometió hace 30 años...  “se acabó la Argentina del desamparo”. Ahora, 30 años después, aún estoy desamparada. Se acuartelan quienes nos deben proteger, y los ladrones surgen como termitas. Destruyen, desbastan todo.. ¿un país con buena gente? No dudo que los Ministerios de Seguridad de todo el país, con tantas imágenes con las que podrán determinar: quiénes son los ladrones, de qué viven, cuáles son sus recursos auténticos. La población debe conocer estos datos (antes de que la Jefa de Fiscales de la Nación separe de su cargo a quienes tienen la verdad). Quiero vivir en” un país con buena gente”.

Ana María de Vigili                              

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Libertinaje en vez de democracia

Estaría bueno que así como nos bombardean con que estamos festejando 30 años de democracia y cómo crece la Argentina, se demuestra con los hechos de hoy, que no hay democracia sino libertinaje. Los derechos humanos son para los que infligen la ley y no para el ciudadano honesto, deberían eliminar esa ley para quien no respeta la libertad de otra persona.

Jorge Ferjancic                                      

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Otra realidad

La Presidenta me tranquiliza y reconforta. Ante versiones de malestar generalizado en el país que alteran la tranquilidad de todos, el acto de nombramiento de la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, y del titular de Sedronar, padre Juan Carlos Molina, permitió que recupere la calma y agradezca a la Presidenta por haber ayudado a ello. El acto fue muy emocionante, poco formal (parecía más bien una reunión familiar o de amigos), todos muy risueños y distendidos, con ropas elegantes como para concurrir a un casamiento, festejando y aplaudiendo las bromas y leves equivocaciones de la Presidenta, con el vicepresidente también muy sonriente, me hizo tomar conciencia de que nuestro país está mejor de lo que yo pensaba. Ver a la señora Rodríguez correr como una adolescente saludando a familiares y amigos, haciendo esperar a la Presidenta y al escribano actuante, en medio de risas de todo el auditorio y a la misma Presidenta bromeando acerca de la curia y de los obispos, fue muy reconfortante Todo esto me mostró que lo que en el mismo momento estaba ocurriendo en Córdoba era algo sin importancia, fogoneado por policías corruptos, y que las denuncias contra Amado Boudou no tenían solvencia alguna. Desde luego que detrás de todo esto debe estar el inescrupuloso señor Lanata.

Cristina Feeney                                      

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¿Hacia dónde vamos?

“Por sus frutos los conocerán” dice la Palabra Divina... entonces miremos un poco hacia atrás, ¿se acuerdan de la “colimba”? Un servicio militar a la Patria de jóvenes desde los 18 años, de cualquier clase social, o nivel de estudios, trabajando o no, todos compartiendo juntos, las instrucciones para la defensa de la Nación. Miremos el hoy, jóvenes de menos de 18 años inimputables para delinquir, bajo el flagelo de la droga, manejados como quieren, por los  poderosos de turno. ¿Qué fruto se logró con desmantelar el ejército y sacar el servicio militar? Esta anarquía ... que se seguirá profundizando para horror de todos... donde tendremos que defender personalmente nuestras vidas. La caída de nuestra Patria se avecina vertiginosa, los jerarcas militares de entonces y los policiales de ahora, miraron y  miran su propio kiosco. ¿Cuál es el fruto de la instrucción que recibieron aquellos militares y los policiales de hoy? ¿Hasta dónde se enseñó el amor y la defensa de vidas humanas y de nuestra patria? Falló y falla la educación sobre todo, de la ley moral en ambos... y no sólo de ellos “el pescado se pudre desde la cabeza” allí donde los valores, como la moral, las buenas costumbres ya no se practican, ni se enseñan, ni se premian y  entonces se da esta anarquía que hoy comenzamos a padecer en nuestro diario vivir. Se enseñan sólo los “derechos” y a cualquier precio... y se descartó totalmente el valor de los “deberes”. Los que todavía tienen fé en Dios... recemos por nuestra Nación y por quienes nos gobiernan y sus ciudadanos.

Graciela Barr                                      

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Somatén

Si estamos hechos para vivir en sociedad es lógico que esa sociedad como todos los organismos vivos y sanos, tenga los mecanismos adecuados para su defensa. Cuando un grupo humano era atacado en nuestra Madre Patria -España-, en Cataluña, se llamaba a la defensa, se apelaba o consultaba  a los demás. La costumbre (año1257) era la de convocar a los defensores llevando manojos de pajas encendidas. Una vez reunidos se comunicaba el motivo o la gente respondía con el grito de “vía afora soms attens”, que equivalía a “Campo afuera, estamos listos”. A ese “Soms Attens” la pronunciación lo trasformó en el “somatén”, nombre que tomaron estas compañías de hombres en defensa de la sociedad. Otros pueblos crearían institutos más o menos parecidos para defenderse. En las conscripciones de soldados perduraba aquella conciencia de una obligación a la defensa común. Se llama a todos los ciudadanos ya que la responsabilidad de defender la sociedad es de todos. Todos por naturaleza somos responsables de proteger la sociedad. Pero cuidado con los saqueos masivos y autoacuartelamientos de la policía. Se ha cortado la cadena de mando, se pone el bien del individuo por encima del bien de la sociedad, y se pretende aniquilar la Constitución y las normativas procesales vigentes. Eso se llama traición a la patria. Así la sociedad toda y sus representantes y autoridades que no se esfuerzan por el bien de conjunto y que prefieren que el egoísmo de cada cual lo lleve a buscar su individual beneficio tendrán indefectiblemente en su contra a nuevos somatenes, defensores de la sociedad, y del estado de derecho, que corre riesgo de ser destruido.

Jorge Bernabé Lobo Aragón

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Todo se podría haber evitado

Tras esta situación de acuartelamientos policiales en provincias se podrían haber evitado con acciones del gobierno nacional bien conocido el acuartelamiento en Córdoba. Y no habría muertos en Córdoba la semana pasada, y que hasta ahora  se agregan cuatro muertos más en Chaco, dos en Tucumán, uno en Jujuy y otro en Entre Ríos. Si el gobierno nacional desde Jefatura de Gobierno de oficio hubiera enviado a la provincia de Córdoba las fuerzas federales de Gendarmería y Policía Federal, tanto estas muertes como los hechos “vandálicos de saqueos”se hubieran evitado. También este tema de pedidos de aumentos salariales  que reclaman los distintos policías en casitodo el país se debe a las “ mentiras y falsas” informaciones de parte del gobierno por parte del Indec de que no hay inflación, y que tenemos que dar “gracias a Dios” de que el “caos” no fuera mayor si los jubilados, los empleados públicos, de actividades privadas, judiciales entre muchos más saliesen a la calle a solicitar urgentes aumentos salariales para paliar la crisis económica. Todavía estamos a tiempo de prevenir muchos más casos vandálicos.

Humberto Carmelo Spuches                      

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Vergüenza ajena

Qué tristeza y cuánta impotencia de ver a mi pueblo tucumano degradado y postrado en estas escenas de indignidad y vandalismo. ¡Cuánto deterioro social! He sentido vergüenza ajena, por lo que me toca en lo afectivo, pero especialmente como argentino, al ver un caos que se irá degenerando día a día ante el resultado de una situación desgraciadamente previsible. Si bien esto generará “mañana” la sensación de culpa de toda una sociedad enferma, los grandes culpables somos todos, por permitir dirigentes y funcionarios de la peor calaña que Dios nos pudo haber puesto delante (toda autoridad viene de Dios), como merecimiento a nuestra floja memoria, falta de protagonismo, involucramiento y facilismo político y social y movidos sólo por lo económico.Lo que hoy vivimos lo tenemos merecido. Es de esperar que esta “caída” moral estrepitosa, nos haga tomar conciencia que a partir de hoy entrará en juego, la continuidad histórica de la Nación. Sólo de nosotros depende que ello no suceda. La pregunta del millón: ¿qué podemos festejar?

Enrique Treglia                                        

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No hubo previsión

El responsable de estos saqueos es el Gobierno que nunca pudo parar esta inflación descontrolada, que deteriora rápidamente los sueldos. Siempre demoraron los pedidos de aumento de las reparticiones y cuando arreglan se los dan en forma escalonada, de manera que cuando cobran se lo devoró la inflación, y los reclamos vuelven, es un círculo sin fin. En cambio los funcionarios se aumentan de un plumazo, como ocurre con los legisladores, donde el presidente de la Legislatura tiene la potestad de aumentarles sus ingresos cuando quiere, a sus altos sueldos. Aparte de darles una ayuda social para que distribuyan a las personas que necesitan, pero tienen el privilegio de no rendir cuenta, que algunos no cumplirán. Es una inmoralidad como es aprobar todos los proyectos que les da el gobernador, sin importarles si afectan a la sociedad, como es el abusivo aumento de los impuestos. Los que salieron saquear, la mayoría, son delincuentes que andan sueltos, porque las cárceles y las comisarias están superpobladas. Esto ocurre porque no hay prioridades; era más necesario construir otra cárcel que el lujoso edificio de la Legislatura que tantos millones costó. No hubo previsión para solucionar estos problemas con tiempo y se les cayó el techo encima.

Francisco Sánchez                                                      

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Rehenes

Una vez más somos rehenes... hago un alto en mi trabajo para leer las noticias y ver con indignación los saqueos en Tucumán... necesidad no hay, robaban artefactos electrodomésticos, bebidas y los artículos de primera necesidad los llevaban porque estaban disponibles... una vez más somos rehenes esta vez de los saqueadores y de la Policía que prácticamente entregó la ciudad a manos de los delincuentes... ¿será en complicidad? Ellos en el peor momento se acuartelan, no les importamos nada, y eso que ello mantienen a sus familias gracias a los que pagamos impuestos... es irónico... en Yerba Buena saquearon el CAP Santa Clara; sólo hicieron daño y son los propios vecinos... reina la señora anarquía gracias a la fuerza de seguridad... por favor manden a la Gendarmeria a la calle y si no hay otra solución, hasta el Ejército tiene que salir... ¿Miedo al pasado? Dejémosnos de tonterías, necesitamos seguridad... espero que después de esto se tomen medidas en contra de los cabecillas del acuartelamiento policial... grandes negociadores de la sangre del pueblo.

Jo Bausil                                              

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La responsabilidad de la policía

A la deteriorada imagen policial por la inseguridad cotidiana, la permisividad de sus cuadros hacia las actividades delictivas, la corrupción interna que a diario vemos reflejada en noticias como la de policías involucrados en actos de delincuencia común; ahora debemos sumarle el abandono total de la ciudadanía por un reclamo de índole salarial. Son los responsables directos, en todo el país, de los actos vandálicos y muertes de personas ocurridos en las últimas jornadas, y como responsables de dichos hechos, una vez normalizada la seguridad, deberían responder por la consecuencia de sus acciones. La campaña encarada por el gobierno para retirar las armas de la posesión de los ciudadanos mediante su entrega voluntaria a cambio de una suma monetaria, me lleva a reflexionar si como ciudadano, ante los acontecimientos vividos, entregaría mi o mis armas. Verdaderamente no. Por último podría decir que, hoy más que nunca, está vigente la frase tantas veces expresada: Maldita policía.

Héctor Sollazzi                                    

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No cumplieron su deber

Tengo entendido que todos los trabajadores tienen derecho a reclamar un salario digno, que les permita subsanar las necesidades básicas: alimento,vestimenta, educación, transporte, pago de impuestos, recreación y medicamentos, entre otras cosas. Soy de opinión que el reclamo efectuado por la policía de Tucumán y de otras provincias no deja de ser justo, pero existen formas o maneras de hacerlo. En tal sentido, adjudico a la policía como responsable del caos social que hoy vive el país. En Tucumán, han perecido personas y otras se encuentran en grave estado por los disturbios acaecidos en casas de comercio y en domicilios particulares. Lo que me preocupa, y mucho, es la falta de responsabilidad mostrada por las autoridades policiales, al no cumplir con su deber específico: salvaguardar la integridad física de las personas. No es la Argentina que queremos.

Eduardo Sánchez Pérez    

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Derechos olvidados

¿Por qué nos pasa esto? Nuevamente el caos en las calles y negocios. Después de diez años, volvemos al punto de partida. La seguridad pública es una obligación del Estado nacional y provincial y no puede delegar a nadie. ¿Cómo un gobierno que maneja una provincia hace tantos años no puede resolver un conflicto policial a tiempo? ¿No es acaso su responsabilidad? ¿Cuando asume el Poder Ejecutivo sus funciones acaso no jura por ello? Para ejecutar acciones que aseguren la Educación, la Salud y la Seguridad de las personas y sus bienes personales. Nos someten a la angustia y el miedo lo que nos lleva a olvidar nuestros derechos y aceptar que no cumplan con los de ellos...¿hasta cuándo? No es la policía la que nos maltrata solamente, quien debe garantizar el correcto funcionamiento del sistema de Salud, Educación y Seguridad; no debe mirar para otro lado cuando una sometida población cree esperanzada que aquellos a quienes votaron serán capaces de salir en su defensa con sólo cumplir con sus obligaciones.

Teresa Lara                                              

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