Fantasías sexuales en una suite presidencial

Fantasías sexuales en una suite presidencial

Esta noche se reestrena la obra de Víctor Hugo Cortés en un escenario muy particular: la habitación más lujosa del hotel Hilton de El Abasto.

EL ANILLO ROBADO. Armanini encarna un político que engaña a su mujer con una chica bipolar (Yapura).  EL ANILLO ROBADO. Armanini encarna un político que engaña a su mujer con una chica bipolar (Yapura).
08 Noviembre 2013

Esperamos no desilusionar a nadie, pero sepan que en esta obra no van cuerpos desnudos. Si ajustan la mirada, quizás logren ver mentes, almas, fantasías, conflictos y tironeos emocionales al desnudo, pero no cuerpos sin ropa. Aún así, el sexo es la materia más presente en "Diez minutos", que tendrá su reestreno hoy en un singular escenario: la suite presidencial del lujoso hotel Hilton Garden Inn.

La obra, escrita y dirigida por Víctor Hugo Cortés, se mete entre las sábanas de cuatro parejas en estado de ebullición durante sus encuentros sexuales. Son personalidades y situaciones estereotipadas, pero que se instalan como un espejo para el espectador. "A pesar de la multiplicidad de situaciones y relaciones tirantes que se entretejen en cada una de esas parejas, hay espectadores que me han dicho: 'mi historia no está ahí'. Y claro que puede no estar porque son sólo estereotipos exacerbados, entonces lleva a que el público se enfrente a sus propios prejuicios", explica el autor. Natalia Yapura, "Indio" Armanini, Tuly López y Alejandro Villagra son los cuatro actores que representan ocho personajes, dos cada uno: una escritora/mujer bipolar; un político reprimido/sexópata; una prostituta/ejecutiva; y un fotógrafo/empleado. Las escenas muestran ocho combinaciones posibles de estos personajes en parejas que acuden a un hotel a tener sexo. Y el espectador, ahora, es casi un fisgón que se entera de todo lo que sucede en ese ámbito supuestamente privado.

Las parejas van formando una "cadena amorosa" en la que todos terminan manteniendo relaciones con todos. El momento más elevado y caótico de la historia es cuando se encuentran el sexópata con la mujer bipolar. "Es similar a lo que pasa en la vida real. Si te sentás a conversar con alguien y te ponés a desentrañar las personas con las que estuviste y con las que estuvieron tus conocidos, es muy probable que se forme una cadena que muchas veces ni pensamos", define el director.

Al desnudo
Según Cortés, lo que se pretende desenmascarar es la hipocresía. "Pero no la hipocresía en la cama, sino en la vida, afuera del cuarto de hotel. El sexo es tal vez ese momento en el que más auténticos somos, unos diez minutos en los que nada se puede ocultar. Todo lo que somos queda al desnudo, y después volvemos a la hipocresía", reflexiona.

Originalmente la obra se presentó en la sala del Círculo de la Prensa, y estaba ambientada en un cuarto de hotel alojamiento, "de esos a los que no llegás caminando", describe el autor. Pero con la intención de dar un paso adelante en la representación y buscando que el espectador esté dentro de la escena, le llevaron la propuesta al hotel Hilton. El resultado: la suite presidencial fue acondicionada para recibir a 40 espectadores que estarán a pocos metros de la acción.

Quizás esta cercanía profundice una reacción que ya se venía dando en las presentaciones anteriores: "el público comienza a quitarse los abrigos, a echarse viento con lo que tenga a mano", comentó Yapura.

Entonces, y a pesar de que en la suite haya aire acondicionado, no estaría de más llevar un abanico...

La pregunta casi obligada para los actores es si durante los momentos de cercanía y mayor tensión sexual llegan a excitares. Algunos dicen que no, definitivamente no ("no hay lugar para eso porque tenemos otras mil cosas en la cabeza, como el texto por ejemplo", dice Armanini). Pero otros se quedan pensando: "y... con los bombones que tenemos de compañeros", bromea una de las actrices.

Tal vez el público pueda sentirse identificado con lo ve en esas cuatro paredes que en realidad representan todo un mundo ("el sexo es sólo una excusa para mostrar cuestiones mucho más profundas", dirá Cortes). También habrá quienes se identifiquen con aquello que nunca quieren llegar a ser. Pero a los que sin duda ha conseguido modificar esta obra es a los propios actores.

"A mí me ha puesto en contacto con la violencia vinculada al sexo, es algo que no tiene nada que ver conmigo, pero de algún modo te hace experimentar... y no está tan mal", bromea López, quien protagoniza una escena que coquetea con el sadomasoquismo junto a uno de los personaje de Armanini. A él, en cambio, le hizo recordar a una ex pareja: "llevábamos un par de meses juntos y ya quería dejarla, entonces fuimos a comer al bar Acapulco. Se puso muy nerviosa, histérica, cuando le dije que habíamos terminado me cortó accidentalmente con un cuchillo. Me fui al baño y cuando volví le había echado un montón de sal al agua ¡Era una loca, como el personaje de la bipolar!", recordó a carcajadas el actor. Por todas estas cuestiones y algunas otras, el elenco enfatiza que se trata de una obra para público adulto.

Propuesta innovadora 
Por ese cuarto pasó un ex presidente y artistas, pero teatro no hubo nunca 

La idea de montar la obra en el suite presidencial del Hilton partió del director, Víctor Hugo Cortés. Él fue quien le llevó la propuesta al gerente de la empresa, Agustín Maddocks, quien luego de ver algunos videos de la obra aceptó sin dudarlo. "Es lo que estamos buscando: incorporar propuestas innovadoras, actividades no convencionales en el hotel. Nos gusta mucho la idea de que, para ver una obra de teatro que se desarrolla en un cuarto de hotel, el público tenga que subir al ascensor y dirigirse verdaderamente a una habitación", dijo Maddocks y contó que, a su entender, es la primera vez que se hace algo así en una habitación. "Hicimos cócteles y reuniones, por ejemplo, pero obras de teatro nunca", contó el ejecutivo. La suite presidencial es enorme, con 100 m2 de superficie, y en ella pasaron la noche Álvaro Uribe (ex presidente de Colombia), Ricardo Arjona y Ricardo Montaner, entre otras personalidades de la política y el espectáculo que visitaron Tucumán. Para los curiosos: la noche en ese lujoso cuarto cuesta alrededor de $1.800.

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ESTA NOCHE

• El estreno es hoy, a las 22, en Miguel Lillo 365. Repite los viernes y sábados de noviembre.

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