"José Saramago y Pilar del Río vivieron el amor más pleno y más adulto que conocí"

"José Saramago y Pilar del Río vivieron el amor más pleno y más adulto que conocí"

El cineasta portugués Miguel Gonçalves Mendes compartió cuatro años junto al ganador del Premio Nobel de Literatura y su esposa y traductora, a quienes entrevistó y filmó en las más diversas situaciones. José y Pilar, el documental (foto) que también derivó en libro, es el retrato que faltaba del escritor: el de su humanidad y su compromiso por cambiar el mundo.

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03 Noviembre 2013

Por Dolores Caviglia

Para LA GACETA - Buenos Aires

Hay un río. En el fondo, piedras blancas pequeñas que pueden descubrirse sin inconvenientes porque el agua que las precede es de lo más transparente, de lo más cristalina. Hay campo. En las orillas, el pasto verde puro crece hasta chocarse unos metros más atrás con una hilera de árboles. Y está Saramago, sin ropa, solo, dentro del agua que cruje, nadando sin rumbo. El autor de El Evangelio según Jesucristo, que alcanzó la popularidad en la adultez, que llegó a la literatura sin ningún tipo de formación y que por ello hizo rabiar a más de uno, soñó con estas imágenes cuando tenía poco más de veinte años y se las confesó a Miguel Gonçalves Mendes, el cineasta portugués al que la abrió las puertas de su casa, de su vida, de su pareja durante los últimos años de su vida. 

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- ¿Cómo nació este proyecto?

- Bueno, desde joven yo fui un gran fan de Saramago; sus libros han sido muy importantes en mi formación, su pensamiento político, su humanismo. Y no hablo específicamente de José, sino de sus personajes, de lo que pasaba en los libros. Conocerlo me provocaba mucha curiosidad. De hecho, varios amigos me dicen que esto no lo tengo que contar en público pero la razón principal por la que yo he querido hacer el documental ha sido conocerlo. Había una serie de opiniones diversas acerca de Saramago y para mí era un poco raro que alguien que colocaba esa humildad en sus historias, en sus personajes, pudiera ser esa persona tan gris de la que algunos hablaban. Estaba preparado para todo, pero hoy puedo decir que realmente Saramago en uno de los autores que más está en sus libros, que más fácilmente se puede reconocer. En mi primer documental, que fue sobre la ciudad de Galicia, yo ya me había puesto en contacto con él porque quería su colaboración para grabar un off; y bueno, pasaron diez años y pensé en hacer un documental de José y Pilar, lograr un retrato más personal de Saramago, del hombre y también de la mujer, de alguien sobre quien se sabía muy poco pero que José afirmaba que era la persona más importante de su vida. Le mandé un e-mail, le expliqué lo que quería hacer y me contestó que un retrato íntimo suyo no podía hacer pero sí de su trabajo. Y yo acepté porque sabía que iba a encontrar la vuelta para lograr lo que buscaba.

- ¿No temías no poder conseguir el material que querías?

- Al principio mi preocupación era cómo quebrar el hielo de estas personas que están muy habituadas a lidiar con la prensa y que saben el impacto que sus palabras tienen. Yo sabía que iba a necesitar tiempo para alcanzar esa confianza, como en cualquier relación. Así fue que empecé por grabar eventos públicos, a viajar con ellos y a los seis meses ya estábamos más cerca.

- ¿Por qué decidiste hacer la película y después sacar el libro?

- En el inicio de las grabaciones tomé una decisión muy drástica: estaba repitiendo una forma que había hecho en el documental anterior; por lo tanto decidí tratar de huir al máximo del documental tradicional e intentar jugar con las técnicas de la narrativa clásica como si fuera ficción. Lo que pasó es que me quedé con material que era maravilloso y si no lo publicaba de alguna forma iba a ser un crimen; por eso nació la idea del libro, que tiene escenas que no están en la película. Aparte, creo que esta es una de las mejores entrevistas de José no porque yo sea un gran entrevistador sino porque está cómodo y porque nunca traté de parecer más de lo que era: un muchacho que tiene un montón de dudas sobre la vida, la muerte y buscaba una persona que me pudiese ayudar. En general yo digo que mis películas son mi terapia.

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- ¿Cuál fue tu primer acercamiento a Saramago?

- Sus libros estaban en los de mis padres. Manual de pintura y caligrafía fue lo primero que leí de José y después lo seguí en forma cronológica. Pese a que este libro no sea uno de los más populares, a mí me encantó. Después, el libro que más me apasionó cuando lo estaba leyendo fue Ensayo sobre la ceguera. Lo leí cinco veces, dos en portugués y tres en español, porque quería ver cómo era la traducción. Y lloré de las dos formas. Sin embargo, para mí el mejor libro de José es Todos los nombres, la depuración total de sus trabajos y el más exquisito. Pero el libro que yo quiero hacer en cine es El Evangelio según Jesucristo; ahora estoy escribiendo el guión.

- ¿Hubo momentos en que viste a José y a Pilar como una pareja como cualquier otra?

- Sí, por supuesto. Está la devoción total, pero también están las discusiones, los gritos. En el amor cabe todo. Y no actuaban distinto cuando las cámaras estaban encendidas. Creo que con el tiempo fueron descubriendo que lo que interesaba a la mayoría de los periodistas no me interesaba a mí. Por ejemplo, en México grabé cinco horas de conferencia y lo que me sirvió fue que José y García Márquez se quedaron dormidos. Yo grabé tanto en busca de esos pequeños momentos que para mí son los más verdaderos, el resto es construcción. Además, traté de no agobiarlos. Es muy fácil perder al entrevistado si fuerzas demasiado. Un gran punto es que no fui abusivo ni demandante.

- ¿Cómo fue conocerla a ella?

- La primera vez que la vi, temblaba de miedo. Ella es española, directa, enérgica y los portugueses somos más tranquilos. Pero Pilar tiene una generosidad increíble, puede no conocerte y ella mueve a todo el mundo para ayudarte. Tiene tanta energía que puede contaminarte y es muy inspiradora.

- ¿Y el vínculo entre ellos?

- Es el amor más pleno y más adulto que he visto, con el mayor respeto en relación al otro y al papel que el otro desempeña en la relación. Son el ying y el yang. Eran muy opuestos, eso se ve en las entrevistas. Pero José la admiraba mucho.

- ¿Cómo viviste la enfermedad de Saramago?- Yo llegué a Lanzarote para grabar y Pilar me dice que no se puede, que José está en el hospital. Pero para mí ese es el mejor momento cinematográfico porque como no lo podía filmar, fui a hablar con él y me contó sobre las pesadillas que tenía y ahí cuando él se recuperó le pregunté si podía contar lo de las pesadillas y me dijo que no, pero usé imágenes para recrearlas. Luego la muerte ha sido horrible, porque estaba trabajando en esto, porque la televisión quería la película y me presionaban, pero yo había acordado con José que la presentación sería en noviembre y lo quería mantener.

- ¿Y cómo ves a Pilar tras su muerte?

- Tiene una mirada más triste, pero conserva su energía. Y con la Fundación José Saramago, que es un proyecto de los dos, él sigue vivo.

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