"Es fácil dispararle a este Papa", dijo Agca, el turco que atentó contra Juan Pablo II

"Es fácil dispararle a este Papa", dijo Agca, el turco que atentó contra Juan Pablo II

Sobre Francisco, dijo que es "un simple párroco de provincia", y que a nadie le interesa matarlo.

AL ALCANCE. Francisco saluda desde el balcón del Palacio Apostólico, después de dar el Angelus, el domingo. REUTERS AL ALCANCE. Francisco saluda desde el balcón del Palacio Apostólico, después de dar el Angelus, el domingo. REUTERS
02 Julio 2013
ROMA, Italia.- "Es fácil dispararle también a este papa, pero nadie tiene interés en hacerlo". Estas inquietantes declaraciones hizo Alí Agca, el hombre que intentó asesinar a Juan Pablo II a Radio 24 de Italia desde Turquía, donde vive actualmente luego de estar 19 años preso.

La advertencia, lanzada por quien atentó contra el Pontífice polaco en plena Plaza San Pedro, en mayo de 1981, encendió todas las alarmas en el Vaticano. Agca pasó 19 años en la cárcel por el magnicidio fallido y luego purgó 10 más en su país por delitos anteriores, dijo que "si alguien quisiese (dispararle al Papa) podría hacerlo muy fácilmente, pero no le importa a nadie. El Papa Francisco es un simple párroco de provincia".

En diálogo con Radio 24, dijo también: "Yo ahora vivo en Turquía y no tengo ningún plan para matar al Papa Francisco, tranquilizo al Vaticano, Me gustaría dispararle al presidente Obama, sí. Pero estoy bromeando".

A continuación dijo que le gustaría volver a Italia "para visitar la tumba del Papa polaco" y encontrarse "fraternalmente" con Francisco. "Pero el gobierno italiano me ha prohibido volver. Hago un llamado al Premier Letta para que me deje entrar, de otro modo podría ir clandestino, no arriesgo nada, ni siquiera la cárcel".

"Quisiera volver al lugar del atentado en plaza San Pedro, porque no fue un delito sino un milagro. Y dejar una rosa blanca en señal de reconciliación", agregó.

En 1983, Juan Pablo II visitó a Ali Agca en la cárcel y lo perdonó. Se cree que el ex terrorista turco actuó por orden del servicio secreto búlgaro que le encomendó asesinar al Papa, un implacable y activo enemigo del comunismo soviético.

Comentarios