Desconocido y sin ideales

En el peor partido del ciclo Roldán, San Martín perdió bien contra Maipú, en Mendoza.

PUDO HACER POCO. Gonzalo Rodríguez entró para acompañar a Ibáñez y no sentir la expulsión de Balvorín, pero no alcanzó. FOTO DE MARCELO RUIZ (ESPECIAL PARA LA GACETA) PUDO HACER POCO. Gonzalo Rodríguez entró para acompañar a Ibáñez y no sentir la expulsión de Balvorín, pero no alcanzó. FOTO DE MARCELO RUIZ (ESPECIAL PARA LA GACETA)
Mariana Segura
Por Mariana Segura 11 Marzo 2013
De entrada avisa el anfitrión. No demora. En dos minutos destapa su perfil y se manda así, sin caretas a todo o nada. Y San Martín está ahí, aguantando, de a poco queriendo desactivar esa bomba llamada Deportivo Maipú... No hubo caso. El 2-0 dice mucho: una dura derrota y cero excusas. El doblete hasta le terminó quedando corto al mendocino, que de no ser por Gonzalo Ojeda (de nuevo gigante) y una especialidad infalible de caer y caer en off side, habría podido golear a un "santo" desconocido.

Desde que Carlos Roldán llegó y moldeó al equipo, San Martín ganó, perdió y empató, pero siempre sabiendo a qué jugaba. Siempre, menos ayer, que anduvo perdido. Rubén Molina era la carta de enlace entre fondo y ataque, pero no se jugaba siempre. Casi nunca. Nico Roldán aportó lo suyo: buena pegada en la pelota parada. Nada más. Y así era imposible.

López y Acosta se repartían la guarda del medio. Maipú iba, iba, iba... Bien, mal, pero siempre molestando. Por eso encontró su recompensa, tras un córner que cedieron entre Rébola y Ojeda, y que le quedó servido al capitán Enzo Imbeci. Ni él se imaginó estar tan solo para ajusticiar al "Colo".

El grito más esperado llegó para el dueño de casa y San Martín edificó su esperanza de hazaña para el complemento. Pero... "Ring...Ring..." dejó a los suyos con uno menos. Sin goleador. Y si ya era difícil con 11, después fue mucho más.

Una corrida eterna de Lucas Gamba le quemó todos los papeles a Roldán: Luciano González no tuvo más que bajarlo en zona prohibida. "Lucho" zafó de la roja, pero San Martín no corrió la misma suerte. Emanuel Reinoso esquivó a Ojeda con un tiro recto, débil. El 1 parado lo atajaba, pero la intuición le jugó una mala pasada y lo mandó hacia su derecha. Desordenado, apurado y con más bronca que ideas nadie encuentra soluciones, y San Martín no fue la excepción. En Mendoza dio un paso en falso.

Las claves
1- Sin chances: rara vez los goles llegan de arriba. Para encontrarlos hay que buscarlos y San Martín falló como explorador. El equipo no eligió nunca los caminos correctos para inquietar a Guirado. Así le fue.

2- Otra vez terminó con 10: infantil pero tremenda. Así fue la falta de Balvorín, que hizo que por segundo partido consecutivo (pasó contra Atlético) el equipo fuera en busca de lo que terminó siendo imposible.

3- Rival en sintonía: era sabido que los mendocinos saldrían a defender su tierra con uñas y dientes. Así lo hizo ayer y en base a eso construyó una victoria redonda, porque también pegó en los momentos justos.

4- Desencontrados: las líneas "santas" no funcionaron. El equipo dependió de la tarea de cada uno y no de la del conjunto. La defensa en especial evitó un par de amarguras, sobre todo Ojeda, pero nada evitó la derrota.

Comentarios