La meta fue restaurar una sociedad disgregada por la guerra

La meta fue restaurar una sociedad disgregada por la guerra

15 Agosto 2012
El Movimiento de los Focolares nació en Italia, en la ciudad de Trento, durante la Segunda Guerra Mundial. Chiara Lubich descubrió a partir de la violenta experiencia de las batallas que el único ideal que nadie puede destruir es el amor. Ese redescubrimiento del Evangelio inició una nueva corriente de espiritualidad, centrada en la unidad y la fraternidad. Pronto aquel primer grupo que llevaba la palabra de Dios a una sociedad disgregada por la guerra se convirtió en un movimiento que suscitó una renovación espiritual y social.

En 1947 el obispo de Trento, monseñor Carlo de Ferrari, dio la primera aprobación a nivel local. Luego siguieron las aprobaciones pontificias: la primera en 1962 y la más reciente en 2007.

En 1967, con el lema "¡Jóvenes de todo el mundo únanse!", Lubich puso las bases para la constitución de los movimientos juveniles. Al año siguiente nació el Movimiento Gen y en 1985 surgió Jóvenes por un Mundo Unido. Cerca de cumplir 70 años de vida, el movimiento focolar ha alcanzado una difusión mundial (182 países), con más de dos millones de adherentes.

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