En suelo tucumano
08 Julio 2012
- Caos y amabilidad.- Carmen Paredi tiene 25 años y llegó a estudiar Arquitectura a Tucumán hace seis años. Es de Tartagal, Salta. "Me costó mucho acostumbrarme a la vida de los tucumanos. Esta ciudad es un caos y extraño la amabilidad de los salteños", resalta la joven, que está a muy pocos meses de recibirse. Según cuenta, tiene muchos amigos en Tucumán. "Nunca me planteé quedarme a vivir aquí", comentó.

- Enamorado del paisaje.- "Amo Tucumán y ni loco me volvería a mis pagos", cuenta Rogelio González, de 46 años. Vino con su familia hace 10 años desde Buenos Aires. Llegó por un traslado en la empresa financiera en la que trabajaba entonces. Pero después esa firma cerró y él quedó desempleado. Enseguida, decidió abrir un almacén en su casa del barrio Echeverría, con el que tiene un buen pasar económico. "La vida de Buenos Aires es para locos. Tucumán tiene sus cosas malas, pero yo me encariñé mucho. Además, esto de levantarte y ver el paisaje de los cerros todo el día no tiene precio", reconoce, mientras aclara que se hizo hincha fanático de San Martín.

- Desde Córdoba por amor.- El chef Mario Vergara, de 31 años, dejó todo en su Córdoba natal. Se instaló en Tucumán por amor. A Silvana, su actual mujer, la conoció por internet. "Extraño mi provincia, por supuesto, sobre todo porque creo que el tucumano es muy inmaduro. Pero ya me voy a acostumbrar; soy muy feliz acá", cuenta.

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