Los jóvenes, víctimas predilectas del delito callejero

Los jóvenes, víctimas predilectas del delito callejero

El crimen de Mauro Iván Sénneke destapó una realidad que, según los expertos, se viene notando desde hace un tiempo: cada vez más menores de 25 años son asaltados. A esa edad, están más expuestos en la vía pública. Y llevan a la vista objetos atractivos para los delincuentes, como son los bolsos, las mochilas y los teléfonos móviles. El peligro de enfrentar al ladrón

EL MENSAJE DESPUES DE LA TRAGEDIA. Los amigos de Iván pegaron carteles en la ciudad recomendando a los jóvenes que no se resistan ante un robo. LA GACETA / FOTO DE LUCIA LOZANO EL MENSAJE DESPUES DE LA TRAGEDIA. Los amigos de Iván pegaron carteles en la ciudad recomendando a los jóvenes que no se resistan ante un robo. LA GACETA / FOTO DE LUCIA LOZANO
Sintió el frío extremo del cañón del revolver en la sien. El sudor helado recorrió su cuerpo. Tantos recuerdos pasaron por su mente, como escenas de una vieja película. No quería ser el protagonista de ese film actual. Pero no tuvo más remedio. El arma apoyada en su frente se cargó. Aún recuerda los ojos desorbitados del delincuente que lo amenazaba. "Tuve mucho miedo", rememoró Ramiro Argot, de 22 años. "Quise resistirme; no me dio tiempo", contó dos meses después del robo que lo obligó a cambiar su rutina. Ahora ya no llega más a casa solo después de la facultad. Su padre lo busca en la parada del colectivo.

"Yo fui víctima de la ?sensación? de inseguridad", ironizó el joven de villa Alem, mientras marcha por la plaza Independencia y hace sentir su reclamo de justicia por el crimen de Mauro Iván Sénneke. No lo conoció, pero se siente identificado con él. "Podría haber sido yo", sostuvo Ramiro, estudiante de Ingeniería electrónica. "O podría haber sido cualquiera de nosotros", añadió. Y piensa en todos los jóvenes que están en esa manifestación. No se equivoca: ellos se han convertido en las principales víctimas de los delitos callejeros.

Esta es una de las conclusiones que se desprende del informe "Delitos y Sensación de inseguridad", realizado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Los especialistas de la institución hablan de una "nueva delincuencia" que hizo aumentar los robos entre las clases bajas y entre los jóvenes. Según la investigación, en nuestro país, el 30% de la población sufrió algún hecho delictivo.

La inseguridad se vive especialmente en los grandes centros urbanos, entre los que figura San Miguel de Tucumán. El delito viene creciendo sin parar desde 2006. En ese año, el 20% de los argentinos había sufrido un delito.

"Los jóvenes son víctimas predilectas de la delincuencia. Como andan más en la calle, están más expuestos", señalan los analistas de la UCA. Lo reconocen también las autoridades policiales locales. Y lo demuestran los hechos: cada semana se producen en la ciudad hasta 10 asaltos callejeros en los que se ataca a menores de 25 años.

Son víctimas de asaltantes a mano armada que no dudan en gatillar, de motoarrebatadores violentos o de punguistas. Los están esperando en la parada del colectivo, a la vuelta del boliche, en cualquier esquina. Quieren de ellos el celular, el MP3, lo que lleven en la mochila (mejor si es una notebook), las zapatillas, la bicicleta o la moto. En plena era tecnológica, los jóvenes tienen a mano dispositivos electrónicos que les atraen a los delincuentes. Sobran los motivos, dicen los expertos, para que los ladrones hayan puesto a los jóvenes en el blanco de sus ataques.

"Nos están matando a nuestros hijos y ellos son el futuro del país", advirtió Walter Sénneke, el papá del joven de 19 años, asesinado el 11 de este mes a pocos metros de su casa, en villa 9 de Julio.

Cuando los asaltantes quisieron sacarle la mochila a Walter, él se resistió y recibió el balazo mortal en la cabeza. Este es otro detalle que remarcan los expertos en seguridad: los jóvenes suelen ser quienes más se enfrentan a los delincuentes en un ataque.

"El joven siempre actúa por instinto y confía en su actitud para defenderse. El problema es que vivimos una situación muy peligrosa; con la mayoría de los delincuentes drogados, es probable que un forcejeo sea la peor decisión. Resistirse hoy es igual a morir o a quedar con graves lesiones", sostiene en instructor de defensa personal y experto en seguridad, Carlos Centeno.

Según contó, cada vez más jóvenes quieren aprender artes marciales para defenderse ante la inseguridad. "Lo primero que les enseñamos es que no se deben resistirse a un asalto", detalló. Fue el mismo mensaje que dejaron los amigos de Iván Sénneke en toda la ciudad. Y dieron las razones: "todo es reemplazable menos la vida".

Comentarios