Corregir los desajustes macroeconómicos le permitirán conservar el capital político alcanzado

Corregir los desajustes macroeconómicos le permitirán conservar el capital político alcanzado

25 Octubre 2011
Por Federico Muñoz - Economista, consultor

Los argentinos le dieron un abrumador apoyo a la presidenta Cristina Fernández. Si bien esa potencia electoral no se puede reducir a explicaciones unicausales, es innegable que el desempeño económico en lo que va de la era Kirchner ha sido un factor decisivo en la gestación del resultado. Pero cabe advertir que en su segundo mandato muy difícilmente se sostenga la pujanza de los ocho años previos. Este escepticismo obedece a que su política económica se distinguió por priorizar la maximización a corto plazo del crecimiento, en detrimento de su sustentabilidad. Así, se sacrificó la consistencia macroeconómica, condición básica para asegurar la marcha sin tropiezos de la economía.

El primer activo macroeconómico sacrificado en el altar de la maximización del crecimiento fue la estabilidad de precios. Cuando asumió Cristina en 2007, la inflación ya había trepado a un preocupante 22% producto de un brote de agflación (inflación de alimentos); pero hoy ya está en 25%..

El "tipo de cambio competitivo" no es más que un eslogan del pasado caído en desuso. No extraña que la holgura externa también se haya evaporado. El superávit de balanza comercial de 2007 fue U$S 11.000 millones; el de este año, rondará los U$S 8.000 millones y proyectamos una balanza casi en equilibrio en 2012. El menor ingreso de divisas comerciales forzó al BCRA a convertirse en oferente neto de dólares. Al asumir Cristina, el Central tenía reservas por U$S 46.000 millones; hoy cuenta con U$S 47.600 millones, pero perdió U$S 5.000 millones en los últimos tres meses.

El marcado deterioro de la situación macroeconómica se ha dado a pesar de la vigencia en los últimos años de un escenario externo favorable: términos de intercambio récord, dólar débil e hiperliquidez global. Sin embargo, en el último mes la soja cayó casi U$S 100; Brasil devaluó fuerte, el mundo amenaza entrar en recesión y aumentó la aversión al riesgo.

Cristina comenzará su segundo mandato con una enorme capital político, pero también deberá lidiar con un entorno económico mucho menos benigno que el de sus primeros cuatro años de gestión. Si no opera de inmediato para corregir los desajustes macro, el desempeño económico empeorará rápidamente y su capital político ingresará prematuramente en una fase de descomposición.

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