Control con el criterio de máxima seguridad

Control con el criterio de máxima seguridad

Finalmente, no se produjo ningún atentado.

VIGILANCIA EXTREMA. Policías fuertemente armados observaron la zona. REUTERS VIGILANCIA EXTREMA. Policías fuertemente armados observaron la zona. REUTERS
12 Septiembre 2011
NUEVA YORK (De nuestra enviada especial, Irene Benito).- Y al final, no hubo atentado. El guión se cumplió a rajatabla y los estadounidenses conmemoraron sin sobresaltos el décimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre, pese a las amenazas y rumores de nuevos ataques que enturbiaron la víspera. El operativo de seguridad funcionó impecablemente en Downtown, al sur de Manhattan. En esta área no hubo concesiones: la Policía bloqueó todo el contorno de Ground Zero e instaló puntos de control en cada esquina.

El blindaje desplegado por las autoridades locales y federales incluyó entre 10 y 12 puestos destinados a revisar los documentos y las pertenencias de quienes pretendían ingresar al 9/11 Memorial. En esta cuestión no hubo ninguna consideración fuera de programa: sólo accedieron a Ground Zero los invitados especiales (familiares de víctimas de los atentados y algunos sobrevivientes), la prensa acreditada en la Alcaldía de Nueva York, y los oradores y artistas.

El criterio de la máxima seguridad no sólo afectó al público general: el presidente Barack Obama, la primera dama Michelle, el ex presidente George Bush y su esposa Laura presenciaron el acto parados tras un tabique de vidrio.

Dentro de Ground Zero, la movilidad fue, en general, muy restringida. Cada grupo ocupó su lugar en el espacio abierto llamado "plaza": la prensa se circunscribió a dos gradas situadas al fondo del 9/11 Memorial, mientras que los familiares de las víctimas llenaron el sitio intermedio entre las tribunas y el escenario. Y llenar no es una exageración: miles de allegados a los fallecidos en los atentados acudieron a la apertura de "Reflecting Absence".

La amenaza de nuevos ataques activada el jueves pasado no desalentó a los neoyorquinos y turistas que, aunque más no fuese a la distancia, quisieron participar del décimo aniversario del 11-S. Una muchedumbre se volcó masivamente al área de influencia de Ground Zero.

La convocatoria complicó la salida en Downtown. El gentío se concentró principalmente en los alrededores de la Capilla de San Pablo; allí instalaron sus pancartas y vocearon sus consignas los ciudadanos y colectivos de activistas que cuestionan la versión oficial de la masacre del 11 de septiembre.

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