Empiezan a consumir drogas a los 5 años

El diagnóstico ya no es reservado. Si estuviera en una camilla de hospital sería en la terapia intensiva. Así definieron los especialistas de 14 instituciones públicas y privadas la situación de las adicciones en Tucumán, en un documento inédito que presentaron en el marco de una reunión por el Día internacional de lucha contra el uso indebido y el tráfico de drogas, que se conmemora hoy. El primer dato del informe es terrible: durante los últimos 10 años la edad de inicio en el consumo de drogas fue disminuyendo de tal manera que hoy, en numerosos barrios del Gran San Miguel de Tucumán, los chicos empiezan a consumir a los 5 y 6 años.

En el documento, del que participaron el Siprosa, la Municipalidad capitalina, la UNT, el instituto Roca y distintas ONGs que asisten a adictos, quedó oficializada la conformación de "La Red de Adicciones de Tucumán", una iniciativa que había comenzado el año pasado.

"A lo largo de los últimos 10 años el perfil del paciente toxicómano sufrió grandes cambios. A la baja en la edad de inicio se sumó la entrada en el escenario de la oferta de nuevas sustancias que producen diferentes hábitos, crisis y abstinencia. Muchas drogas producidas en algunos barrios utilizan una mezcla de sustancias que aumentan el grado de toxicidad. Hay información insuficiente acerca de los efectos de los nuevos compuestos, lo que complejiza la intervención clínico-farmacológica de los pacientes", destacaron.

Sobresaturados

La segunda conclusión de las instituciones no es menos preocupante: "se detecta una sobresaturación de los servicios especializados en los hospitales debido a la derivación constante de los profesionales de los CAPS, quienes manifiestan la imposibilidad de responder a la creciente demanda de asistencia de adictos".

Según señalaron, falta capacitación entre el personal de los centros asistenciales y algunos hasta se niegan a atenderlos por cuestiones de seguridad personal, ya que son amenazados por los que comercian con las sustancias en los barrios, conocidos como "transas" o "dealers".

En el documento también dejaron en claro que no hay dispositivos de atención para los menores de 13 años y que tampoco los profesionales de la salud tienen en claro cómo actuar en casos de desintoxicación y urgencia. Asimismo, remarcaron, hay una grave deficiencia para asistir a adictos adolescentes en conflicto con la ley penal. El único centro de internación en Tucumán, Las Moritas, es para mayores de 18 años que no tienen causas penales. Por lo tanto, no puede contener a estos pacientes.

En lo que refiere al ámbito educativo, el documento no es menos duro. "Existe una deserción escolar más temprana de los adictos. Muchos son analfabetos. Tenemos cada vez más pedidos de intervención en establecimientos educativos por casos de alumnos que consumen estupefacientes dentro de la institución. Se percibe una ausencia de protocolos de intervención, así como una capacitación insuficiente de los docentes para abordar la temática de las adicciones", apuntaron. Añadieron que se nota en algunas escuelas rasgos expulsivos con los niños y adolescentes que presentan factores de riesgo. "La institución escolar se muestra desbordada, imposibilitada de brindar la contención necesaria por la complejidad que presentan algunas familias", indicaron.

En el cierre del documento queda claro que la prevención y asistencia de las adicciones es una materia pendiente en Tucumán. "A lo largo de los años observamos una falla en la lectura de la problemática por parte del Estado, traducida en soluciones erróneas en las que nunca medió consulta con los profesionales que trabajan en esta materia -subrayaron-. En algunos servicios los dispositivos terapéuticos son inadecuados a las nuevas características del consumo de sustancias psicoactivas. Esto está vinculado con la falta de flexibilidad que deberían tener los organismos y en la complejidad que traen consigo los consumidores".