"Mi papá nos llevaba a ver óperas y zarzuelas"

"Mi papá nos llevaba a ver óperas y zarzuelas"

LA GACETA / ANTONIO FERRONI LA GACETA / ANTONIO FERRONI
17 Octubre 2010
"Mi papá llegó en el año 1923, a los 18, y se llamaba Moisés. Vino de Rumania, sin saber el idioma y sin dinero. Aquí ya habían llegado primos hermanos. Se casó en el año 32 con mi madre Flora Guzman, que vive y tiene 96 años. Somos tres hermanos". Así, Federico Yurcovich (foto, 73 años), dio un panorama sobre su familia.
Destacó que su padre haya sido autodidacta en el aprendizaje del idioma y que les haya inculcado a sus hijos el amor por la música clásica y el teatro. "Escuchábamos óperas y zarzuelas en el teatro Alberdi. Además íbamos a la plaza Independencia a escuchar a la Banda de la Provincia. A pesar de haber sido un artesano (hacía colchones de lana a domicilio y yo lo ayudaba), le gustaba mucho leer. Fabricaba moldes para hacer fundas y caminos y para pintar sobre tablas de madera terciada. Eramos una familia muy humilde, pero heredamos educación porque terminamos la secundaria y fuimos a la universidad", recordó.
En su casa se mantienen las costumbres de familia y la celebración de las fiestas de la colectividad. Entre las comidas, mencionó: momeligue, (guiso de polenta), guefilte (pescado relleno), likej (torta negra)  y borsht (sopa de remolacha).
"Mi mamá siempre estuvo al lado de mi papá en todos los quehaceres; ella cosía las telas para los colchones", acotó. También evocó aspectos de su niñez. "Recuerdo que el Día del Perdón fui a la escuela para decirle a la maestra que no iba a ir a clases. Mi padre me advirtió que los docentes ya sabían del tema, pero igual fui. Cuando llegué, la maestra me puso en penitencia. Como no volvía, mi padre me fue a buscar. Y me vio parado en un rinconcito. Entonces habló con la directora y ella le pidió perdón. Después, mi maestra cambió totalmente conmigo", relató. También contó que la relación con sus compañeros fue buena, más allá de que le dijeran "ruso".
Yurcovich destacó que los inmigrantes le hayan dado vida a las mutuales, cooperativas y cajas de crédito. "Se ayudaba a quien lo necesitaba. Se ponía dinero en caja de ahorro y se hacían préstamos. Después, estas entidades se abrieron al resto de la gente", indicó.

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