Los que apostaron por el "santo" terminaron ganando

Los simpatizantes de San Martín volvieron a festejar después de tres fechas.

NO FALLARON. Pablo Cantero, Jorge Serrano, Elvio Martínez y Facundo Oreja saludan al público. NO FALLARON. Pablo Cantero, Jorge Serrano, Elvio Martínez y Facundo Oreja saludan al público.
Gustavo Rodríguez
Por Gustavo Rodríguez 15 Marzo 2010
Bienaventurados los hinchas de los "santos", que no se encandilaron con las luces de "La Mona" en Ranchillos ni con las del "Chaqueño" Palavecino en Lastenia. Ellos apostaron por el club de sus amores y salieron ganando. San Martín logró cortar la racha de tres partidos sin ganar. Sufrió, sin lugar a dudas, pero la victoria, la sexta en La Ciudadela, borró lo malo. Y eso es lo importante.
El equipo que dirige Carlos Roldán necesitaba un triunfo. No podía darse el lujo de perder ni una unidad en su casa. No le quedaba otra que sumar de a tres para mantener viva la ilusión. Y finalmente pudo conseguirlo.
Los hinchas -en una de las concurrencias más flojas de la temporada- recibieron un baldazo de alivio con el gol en contra de Cristian Chimino.
"Hay que ser realistas, estamos lejos de la punta, pero estas tres unidades sirven muchísimo", reconoció Pablo Cantero, uno de los líderes del plantel.
Paradójicamente, el "santo" salió victorioso luego de uno de los peores partidos que jugó en su estadio. Ganó a pesar de haber estado lejos del arco rival, especialmente en el segundo tiempo. Los hinchas celebraron después de que Pablo Lencina se puso el traje de héroe en la última jugada del encuentro con una atajada de otro planeta. Eso sí, la fortuna, después de mucho tiempo, volvió a aparecer en La Ciudadela.
"La verdad es que no supimos definir. Tuvimos las chances, pero fallamos en la última puntada. Tenemos que seguir adelante", señaló Pablo De Muner.
¿Y por qué es tan importante esta victoria? Porque aplacó todos los nervios que había en las tribunas. Ayer no se escucharon los cánticos ofensivos de la hinchada contra los jugadores. Alentaron durante casi toda la tarde y, como cualquier simpatizante, renegaron, pero nunca insultaron. Y eso es lo que se espera de un hincha de verdad, que acompaña siempre, en las buenas y en las malas porque, como ocurrió ayer, terminaron celebrando.

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