"La hipótesis nuestra siempre estuvo orientada hacia la figura de César Soto"

El padre de la joven asesinada sostiene que la pesquisa fue entorpecida desde el principio

PLAZOLETA MIGUEL LILLO. Lebbos visitó una placa que conmemora a su hija. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO PLAZOLETA MIGUEL LILLO. Lebbos visitó una placa que conmemora a su hija. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
26 Febrero 2010
Alberto Lebbos, cuando habla, lo hace con tono enérgico. A veces, intenta contenerse, pero va elevando la voz a medida que habla sobre lo que le sucedió a su hija, Paulina Lebbos. La joven fue asesinada hace cuatro años, y aún es un misterio quién, cómo y dónde la mataron. "Mi vida y la de mi familia nunca volvió a ser igual. Cada día, peleamos para que esta causa y otras tantas sigan despiertas y no las duerman. Si dejamos de hacer marchas, dirían: 'acá está todo bien'. Ya llevamos 220 marchas ininterrumpidas, y vamos a seguir, aunque llueva o truene", le dijo el padre de Paulina a LA GACETA.

- ¿Por qué cree que aún no se sabe quién asesinó a su hija?

- Porque siempre se manejaron de manera irregular. Paulina desapareció, y a las 72 horas recién le notificaron al fiscal (Alejandro Noguera). No fue un error: eso fue intencional. El 27 de febrero, toda la provincia sabía que mi hija no estaba. Además, nunca la buscaron. Los rastrillajes fueron una farsa. ¿Por qué llegaron antes el (ex) ministro de Seguridad (Pablo Baillo), el secretario (Eduardo) Di Lella y el jefe de Policía (Hugo Sánchez) cuatro horas antes que el fiscal? No descubro nada si digo que adulteraron la escena del hecho, porque a eso lo dijo Gendarmería.

- ¿Cómo fue llegar al lugar del crimen?

- El jefe de Policía me dijo que después de un intenso rastrillaje la habían encontrado. Y lo dijo públicamente. Pero era mentira: la habían encontrado esos baqueanos, y todos lo sabían. Eso quedó probado cuando procesaron a otros policías. Claro, nunca les pasó nada...

- Usted reclama que han paralizado la causa...

- Eso es más que evidente. ¿Por qué no se realizaron los cruces telefónicos, por ejemplo? Hasta en los robos más tontos se hacen estas pericias. Pero no en este caso. ¿Cuál es el inconveniente con saber quién llamó a quién? Además, nunca me permiten ver la causa. Hasta hoy, no sé qué pasó con los informes que hicieron Gendarmería Nacional y Policía Federal. Hace más de tres años que no se quiere reglamentar la ley de protección a testigos. No está operativa porque el gobernador (José) Alperovich no la quiere reglamentar. ¿Por qué? Habría que preguntárselo a él. Se debe hacer todo lo posible por combatir la impunidad.

- ¿Pero usted habló con el gobernador después del crimen?

- Sí, me dijo lo mismo que les dijo a (Claudio) Roselló -viudo de Silvia Castillo- y a otros familiares de víctimas: "tu causa es mi causa". Pero mentía. Decía que su gobierno no encubre a nadie, pero hay que recordar cuando anunció: "ya sabemos quién es el asesino; faltan pocas horas para que lo atrapemos". ¿Por qué nunca lo citaron a declarar? Debería explicar esa frase ante la Justicia.

- ¿Cuál es su hipótesis?

- La hipótesis nuestra siempre estuvo orientada hacia la figura de (César) Soto. Tiene una conducta violenta y se comportó de forma extraña. Pero yo no puedo salir a acusar sin pruebas. Además, no se puede descartar ninguna hipótesis.

- Si hubiera sido Soto, ¿no haría caer eso la teoría del supuesto encubrimiento?

- ¿Por qué? Se encubre a varios asaltantes de poca monta. ¿Por qué no lo encubrirían a él? Por eso digo que se debe investigar a todo el mundo.

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