Haití se convirtió en una inmensa morgue a cielo abierto

Haití se convirtió en una inmensa morgue a cielo abierto

Advierten que la gran cantidad de cuerpos en las calles podría provocar una epidemia. Los equipos de ayuda no pueden llegar. Impactantes imágenes de la Cruz Roja.

TIENEN MIEDO DE ENTRAR. Decenas de personas duermen a la intemperie en Puerto Príncipe. AFP TIENEN MIEDO DE ENTRAR. Decenas de personas duermen a la intemperie en Puerto Príncipe. AFP
14 Enero 2010

PUERTO PRINCIPE, Haití.- Tropas y aviones con alimentos y medicinas vuelan rumbo a Haití para asistir a las víctimas del sismo que hace dos días demolió la capital de esa empobrecida nación, sepultando bajo los escombros a cientos de miles de personas. Las autoridades ubican la cifra de muertos entre 30.000 y 100.000, y habría tres millones de personas heridas o que perdieron sus hogares.

Puerto Príncipe se convirtió en una inmensa morgue a cielo abierta. Hay cadáveres apilados en las calles, bajo los escombros, al lado de los caminos o arriba de camionetas. Aviones con insumos comenzaron a aterrizar, pero los suministros aún no llegaron a los haitianos, que deambulan por las destrozadas calles, buscando agua, alimentos y ayuda médica.

El embajador de Haití ante el Vaticano, Carl Henri Guiteau, dijo que "el riesgo de epidemia es real" por la gran cantidad de heridos y muertos en las calles. "Entre la ayuda internacional está prevista la llegada de celdas frigoríficas para los cuerpos", afirmó.

La moneda es el agua
"El dinero no sirve para nada en este momento. La moneda que importa ahora es el agua", declaró un trabajador de ayuda. Saqueadores irrumpieron en un supermercado en la zona de Delmas y se llevaron electrodomésticos y bolsas con arroz. Otros sacaban gasolina de un camión cisterna chocado. "Los policías están ocupados rescatando o sepultando a sus propios familiares. No tienen tiempo para patrullar las calles", explicó el dueño de un comercio.

Estados Unidos envió 3.500 soldados para asistir a las víctimas y reforzar la seguridad. Además, unos 300 médicos y paramédicos de ese país han sido despachados a Haití. El presidente Barack Obama anunció que destinará U$S 100 millones para colaborar con la reconstrucción de la ciudad. Pero la tarea será enorme. El palacio presidencial y el Parlamento se vinieron abajo, así como la prisión de alta seguridad.

Otro problema es que no hay caminos para que las operaciones organizadas rescaten a las personas atrapadas o retiren cadáveres, y los médicos locales carecen de equipo para atender a los heridos. Los sobrevivientes tienen miedo de regresar a sus casas y duermen al aire libre. Los extranjeros se ubican alrededor de las piscinas de los hoteles donde se alojan.

Bolsas para cuerpos
La Cruz Roja de Haití se quedó sin bolsas para los cadáveres y el Comité Internacional de la Cruz Roja informó que unas 3.000 bolsas están en camino. Brasil, cuyas tropas lideran el contingente de paz de la ONU, propuso un plan de emergencia que incluye la construcción de un nuevo cementerio y Estados Unidos envió equipos de forenses.

La distribución de ayuda es lenta porque las rutas están bloqueadas por escombros y troncos de árboles. Además, las comunicaciones están interrumpidas. El personal de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está desbordado. "Simplemente no sabemos qué hacer. No hemos sido capaces de llegar a todas las áreas", dijeron.

Muchos hospitales están demasiado dañados para ser usados y los médicos atienden a personas con extremidades aplastadas, heridas en la cabeza y huesos fracturados en instalaciones improvisadas donde los suministros son escasos. (Reuters-Télam)

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