Pronostican que lo que viene puede ser peor

A raíz de la cantidad de agua que cayó, los suelos quedaron saturados, dijeron los expertos. Se espera para el sábado o el domingo una tormenta de intensidad similar a la de ayer. La temperatura descendió casi 10 grados en pocas horas. Pero el calor volverá a agobiar a mediados de la próxima semana.

ABATIDO. Un conglomerado de anuncios publicitarios que estaba enclavado en la esquina suroeste de Mate de Luna y América se derrumbó con estrépito. LA GACETA/FRANCO VERA ABATIDO. Un conglomerado de anuncios publicitarios que estaba enclavado en la esquina suroeste de Mate de Luna y América se derrumbó con estrépito. LA GACETA/FRANCO VERA
07 Enero 2010

Violenta, caudalosa, persistente. Duró poco más de una hora. Y dejó su huella devastadora. La tormenta que despertó a los tucumanos fue la más intensa de los últimos tres años: en unos 60 minutos cayó la mitad de agua de lo que se prevé para todo el mes. El pronóstico no es alentador. El suelo quedó saturado de agua y las previsiones de una nueva tormenta el fin de semana desvela a las autoridades y a quienes vieron entrar agua por sus puertas y ventanas.
Cayeron entre 90 y 100 milímetros. Fue la primera gran tormenta del año y también la más importante desde el 11 de enero de 2007, cuando un fuerte temporal afectó la capital y el interior, dejando como saldo dos muertos y unas 5.000 personas evacuadas. Entonces, se habían precipitado 80 milímetros en 40 minutos. Esta vez, las consecuencias fueron menos dramáticas. La sequía histórica del último año, finalmente, jugó un partido a favor de los vecinos.
Osvaldo Molina, jefe del destacamento en Tucumán del Servicio Meteorológico Nacional, detalló que el temporal se inició a las 6.30, con ráfagas que alcanzaron una velocidad de 76 km/h. La violencia del viento fue suficiente para derribar más de 70 árboles en la capital y para dejar a miles de familias sin electricidad por el desmoronamiento de postes de luz.
A las 6.50 la lluvia fue tan significativa que en pocos minutos las calles quedaron repletas de agua y en los barrios ubicados en las zonas más bajas de la ciudad el líquido superó el metro de altura en las viviendas. En el aeropuerto cayeron 69,4 milímetros. Pero el sector más afectado fue el ubicado al norte del área metropolitana: en Tafí Viejo, Yerba Buena y Villa Carmela se precipitaron más de 90 milímetros. En localidades como Piedrabuena y La Florida, al este de la provincia, cayeron 100 milímetros.
A las 3 se registraban 28 grados y más de 30 de sensación térmica, pero el descenso fue estrepitoso: a las 10 bajó a 19 grados. Si la comparación se extiende hacia el martes los resultados son aún más llamativos: por la siesta la máxima alcanzó los 36 grados y la sensación térmica fue de casi 48 grados.

Lo que viene
El peligro de inundaciones está latente. Aunque todavía no se sabe la intensidad que tendrá la tormenta es casi un hecho que se registrará este fin de semana, advierte. "El suelo quedó al límite en su capacidad de absorción y una nueva lluvia como la de ayer es un peligro", sostiene Molina. Podrían desbordar canales y ríos.
La tormenta de ayer ya había sido pronosticada por el Servicio Meteorológico Nacional. En la edición del domingo de LA GACETA,  se había anunciado que la primera tormenta se registraría entre el 6 y el 7 de enero, mientras que la segunda se produciría entre el 11 y 12. Para la segunda quincena, las fuertes precipitaciones se esperan entre el 22 y el 23. En el medio, habrá algunas lluvias alternadas con jornadas con altísimas temperaturas.

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