Los músicos van tratando de superar por sí mismos los problemas que tienen para poder tocar

Los músicos van tratando de superar por sí mismos los problemas que tienen para poder tocar

Todos los rockeros consultados coinciden en que 2009 fue uno de los peores años para ellos.

CONVOCATORIA. Este año, en la mayoría de las oportunidades el público les fue esquivo a las bandas locales. LA GACETA / ANTONIO FERRONI CONVOCATORIA. Este año, en la mayoría de las oportunidades el público les fue esquivo a las bandas locales. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
20 Diciembre 2009
La palabra crisis cruzó las respuestas de casi todos los rockeros tucumanos. Los que no la usaron, se refirieron a la situación actual de la movida como "pésima", "la peor en muchos años" y cosas así. La sensación de los músicos es que hay muchos motivos para estar decepcionados y creerse abatidos, aunque también hay consenso en que no bajarán los brazos. Incluso hay lugar para el optimismo y el elogio a algunas acciones conjuntas que se hicieron durante 2009.
"A pesar de todo hubo gente que trabajó mucho, tanto por su banda como por el movimiento... No se puede  dejar pasar por alto  el esfuerzo que hace la gente del Movimiento de Músicos Autoconvocados, que consiguió más de un logro dentro del marco legal y cultural", resaltó Aldo Zapata, de Kaiowas.
Entre los motivos que impulsan este balance negativo, el de la falta de lugares para tocar surgió como el más fuerte. Aunque también hubo (auto) críticas hacia las bandas, el público, los medios de comunicación, los productores y, especialmente, el Estado (provincial y municipal).
"El problema es que si no hay recitales es casi imposible para una banda poder crecer y más si es independiente, como la mayoría en este país, porque al no tener un  aparato publicitario por detrás le queda como único recurso el tocar en vivo para poder difundir lo que hace", señaló Rolo Marín, que con su banda Rolo & The Fuckin' Adictos no pudo tocar en Tucumán en todo el año.
Un problema global
Santiago "Tito" González, baterista de Extrema Voluntad y miembro de la Unión del Under, englobó la problemática del rock dentro de la "crisis de la cultura independiente de Tucumán". "El panorama cultural viene siendo nefasto", dijo, y mencionó la "criminalización del rock" a partir de la tragedia de Cromagnon, la falta de leyes adecuadas para la habilitación de locales o los recitales en lugares públicos, y los prejuicios sobre la movida.
En ese sentido apuntó también sus dardos Andrés Martínez, de Sacro. "Hay una persecución desde el intendente al gobernador, ya que otro tipo de locales, como las bailantas, funcionan en situaciones mucho más riesgosas y no hacen nada. No hay enlaces con los responsables de Cultura", afirmó.
La falta de lugares, además, implica la imposibilidad de desarrollar plenamente la actividad artística y creativa. "Una banda, así, no puede autogestionarse, porque el esfuerzo que demanda organizar un recital no sólo implica tiempo, sino un desgaste que termina dependiendo de la solidaridad de los demás", explicó el Bebe Salvatierra, de Priztik.
"Muchos no saben lo que hay detrás de la organización de un pequeño recital, no saben lo que es ensayar, gastar en transporte, publicidad, locales, sonido, luces, escenario, todas cosas que después hay que cubrir con la venta de entradas", aseveró Facundo Chemes, guitarrista de Blanca Oscuridad.
Un factor importante en esta discusión es la de la carga impositiva que pesa sobre los dueños de los locales, lo que hace inviable casi cualquier proyecto que incluya música en vivo. "Antes, el dueño de un bar llevaba bandas para que fuera más gente, pero ahora le cobran el doble de impuestos y tiene que pagar cosas que antes no había", denunció el Cabezón Navarro, de La Banda de tu Hermana.
"Es necesario un cambio de actitud de las autoridades y que dejen trabajar en paz", enfatizó el cantante del grupo de ska.
"Está todo muy mal, pero esto hace que nuestra imaginación comience a trabajar más, que empecemos a estar más unidos y encontrar la vuelta para salir de la crisis", señaló con optimismo Leo Toledo, de Bagazo, la banda fuerte del sur de la provincia.


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