13 Septiembre 2009
A las 19.25 la Policía dijo no va más. Los responsables del operativo de seguridad cerraron las puertas porque las tribunas no podían albergar más público. Afuera, según informó a LA GACETA el Jefe de Policía, Hugo Sánchez, se quedaron unas 3.000 personas. No pudieron ingresar a pesar de que tenían las entradas en la mano.
Una vez que se "clausuró" el Monumental, por orden de Sánchez, se ordenó que personal de Infantería, de manera pacífica y sin usar la fuerza, retirara a las personas que se encontraban en las adyacencias del estadio. Fue la única perla negra de la jornada.
Según los informes de los efectivos, al estadio ingresaron por lo menos 26.000 personas (el cálculo se hizo con los "cuenta ganado"), aunque aclararon que este sistema no se aplicó en la zona de las plateas.
Los casi 900 policías se desplegaron por todo el barrio. Siguieron muy de cerca a la hinchada de Boca, y cuando apareció "La 12" - la "barra brava" de los "xeneizes"- los escoltaron hasta el estadio. Buscaron la alternativa para que se acomodaran antes del inicio del partido y no provocaran incidentes para ganarse el espacio, como había ocurrido la última vez que estuvieron en Tucumán, en la cancha de San Martín.
Al finalizar el encuentro no se registraron incidentes. Los uniformados se armaron de paciencia para escoltar a los hinchas visitantes que no querían abandonar el Monumental y fueron muy exigentes con los simpatizantes "decanos" que pretendían irse antes de tiempo. Todos entendieron las órdenes y festejaron en paz.
Una vez que se "clausuró" el Monumental, por orden de Sánchez, se ordenó que personal de Infantería, de manera pacífica y sin usar la fuerza, retirara a las personas que se encontraban en las adyacencias del estadio. Fue la única perla negra de la jornada.
Según los informes de los efectivos, al estadio ingresaron por lo menos 26.000 personas (el cálculo se hizo con los "cuenta ganado"), aunque aclararon que este sistema no se aplicó en la zona de las plateas.
Los casi 900 policías se desplegaron por todo el barrio. Siguieron muy de cerca a la hinchada de Boca, y cuando apareció "La 12" - la "barra brava" de los "xeneizes"- los escoltaron hasta el estadio. Buscaron la alternativa para que se acomodaran antes del inicio del partido y no provocaran incidentes para ganarse el espacio, como había ocurrido la última vez que estuvieron en Tucumán, en la cancha de San Martín.
Al finalizar el encuentro no se registraron incidentes. Los uniformados se armaron de paciencia para escoltar a los hinchas visitantes que no querían abandonar el Monumental y fueron muy exigentes con los simpatizantes "decanos" que pretendían irse antes de tiempo. Todos entendieron las órdenes y festejaron en paz.
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