Las dudas pueden paralizar las acciones

En su "Elogio a la indecisión" el físico y epistemólogo argentino Mario Bunge sostiene: "la libertad también consiste en la posibilidad de no tomar decisiones cuando uno no desee tomarlas". Aun admitiendo que una consecuencia de esta postura es que los indecisos sean quienes decidan en una elección polarizada, Bunge afirma que la libertad total es ilusoria y sólo podemos aspirar a gozar libertades limitadas, ya que la pertenencia a cualquier círculo nos impone obligaciones. Por su parte, la psicóloga Eva Corsini afirma que en los casos de neurosis obsesiva, el conflicto psíquico produce un tipo de pensamiento caracterizado por la rumiación mental y la duda que pueden llevar a inhibiciones del pensamiento, de las emociones y de la acción.
"El conflicto bloquea las energías del sujeto, quien queda en una situación de indecisión entre dos polos, dos alternativas posibles -afirma-. Ciertos tipos de indecisión neurótica tienen por base un temor claustrofóbico. Como toda decisión definitiva significa la exclusión de la posibilidad de escape, por eso mismo es evitada."
Según Corsini, quienes evitan tomar por sí mismos cualquier decisión sufren una inhibición de la voluntad. Y cuando hay conflictos entre la dependencia, la independencia y la ambición pueden presentarse indecisiones en el trabajo. Asimismo, sostiene que muchos solos y solas dudan y frenan el deseo de tener pareja por miedo al cambio o a que los controlen. "La duda o el cuestionamiento puede ser la expresión de una crisis y de un deseo de cambio saludable", dice Corsini, quien coordinó durante dos años el taller "Me voy o me quedo" del Programa del Hospital Pirovano de Buenos Aires.
Sin contradecir a Bunge, se intuye que el riesgo está en las decisiones paralizantes. Tal vez tenga vigencia la sentencia de Ray Bradbury publicada en su libro "Zen en el arte de escribir": "la deliberación es enemiga de todo arte, sea la actuación, la escritura, la pintura o la propia vida, que es el arte más grande".