Con una mayoría de clubes que arrastran cuantiosos pasivos y se ven acuciados por un escenario económico desfavorable, el mercado de transferencias no alcanzó esta vez el agitado movimiento que suele generarse antes del comienzo de cada torneo.
Casi todos los equipos grandes jugaron sus fichas para reincorporar a jugadores de prolongada trayectoria e identificados con sus colores. En ese ítem se inscriben la vuelta de Ariel Ortega (35 años) y Matías Almeyda (35) a River; la de Leandro Romagnoli (28) a San Lorenzo; la de Federico Insúa (29) a Boca; y la de Andrés Silvera (32) a Independiente.
Los "azulgranas" también sumaron a Cristian "Kily" González (35), una de las "debilidades" del técnico Diego Simeone y del gusto futbolístico del empresario Marcelo Tinelli.
Por el armado de sus planteles, Boca y River parecen dispuestos a a mezclarse en la porfía por el título del Apertura, con la consigna de borrar lo más rápidamente posible la opaca imagen que dejaron en el primer semestre.
En los "xeneizes" se produjo otro retorno con la intención de robustecer sus aspiraciones: Alfio Basile retomó el timón táctico de una escuadra con muchas figuras.
Sin incorporaciones de mucho relieve, Gorosito intentará conducir a los "millonarios" hacia los puestos más altos de la tabla. Pero no sólo de grandes se nutre la grilla de candidatos: Vélez, campeón imperante; San Lorenzo, Estudiantes (campeón de la Libertadores) y Lanús integran ese listado en el cual Huracán quiere revalidar todo lo bueno que ofreció en el último Clausura.