"No hay que pensar en usar barbijos ni en cerrar escuelas. La prevención no pasa porque no haya clases; al contrario, los establecimientos educativos abiertos nos permiten saber qué está pasando con la salud de población estudiantil", dijo la ministra de Educación, Silvia Rojkés de Temkin, sentando posición sobre la preocupación de muchos padres que ya comenzaron a plantear esa inquietud. "En México se dieron cuenta de que el cierre de las escuelas no soluciona nada, de lo contrario también deberíamos tomar la misma medida con los supermercados", argumentó.
No obstante, aclaró: "si hubiera un elevado número de contagios, el Ministerio de Salud nos dirá si se cierra o no, el aula primero, y la escuela después".
En cuanto al barbijo, sostuvo un criterio similar: "no tenemos necesidad de usarlo, al menos por ahora. Para que sea realmente efectivo, tendríamos que tenerlo puesto las 24 horas del día y llevarlo a todos lados. Si tomáramos un café, deberíamos retirarlo, beber y después volver a ponérnoslo, y así todo el tiempo. No le encuentro mucho sentido. Me ha pasado en el exterior estar con una persona que tenía puesto un barbijo y no saber si acercarme o no a saludarla; es una situación muy extraña", comentó.
También propuso a las cooperadoras escolares que no gasten en comprar barbijos para todos los chicos, sino más bien elementos de higiene, como alcohol en gel. "Si no lo puede comprar la cooperadora, que todos los chicos aporten una moneda de $ 0.25, para tener un frasco por grado. Lo podrían dejar en el escritorio de la maestra y cuando vuelvan del recreo, higienizarse cada uno antes de sentarse en su banco", dijo.