Josemir Lujambio: El goleador avisó que está presente

Después de siete fechas fuera de las canchas, el uruguayo hizo delirar a todo el pueblo "decano".

AL ACECHO. Lujambio domina la pelota en las inmediaciones del área visitante. Atlético recuperó a un jugador clave en la recta final del campeonato. LA GACETA / HECTOR PERALTA AL ACECHO. Lujambio domina la pelota en las inmediaciones del área visitante. Atlético recuperó a un jugador clave en la recta final del campeonato. LA GACETA / HECTOR PERALTA
13 Abril 2009

Poco afecto a los grabadores, después del partido sólo quería volver a su casa para tomar unos mates. Unos minutos antes, el agua estaba calentita en el Monumental y Josemir Lujambio se encargó de sacar la pava del fuego, para que las tribunas alcanzaran estado de ebullición.
El uruguayo no vestía la camiseta de Atlético desde el 21 de febrero, por la fecha 21. Esa tarde, el goleador sufrió la fractura de dos costillas y fue reemplazado por Leopoldo Gutiérrez, el mismo que ayer le abrió las puertas para ir a jugar.
Con 25 minutos por delante, Lujambio pisó la cancha cuando más se lo necesitaba. El "decano" no podía traspasar el muro que había puesto Los Andes en el fondo y parecía que sólo un descuido iba a dejar la victoria en casa.
La primera pelota que tocó fue descargada hacia uno de los laterales. Después recuperó otra en el área visitante y la cedió a Erroz, que remató muy cerca del ángulo. Hasta ahí parecía poco; los casi dos meses de inactividad se hacían sentir.
Pero el ex Olimpo fue paciente porque la tenía clara. "Estoy esperando la chance de jugar para hacer un gol", había confesado unas horas antes del encuentro. Y no estaba equivocado. Después de un cabezazo en falso, sabía que el tiro libre del "Pulguita" Rodríguez podía ser la excusa para volver a abrazarse con todos. Por eso se quedó detrás de la barrera, "Cubito" Cáceres dio rebote y a su juego lo llamaron: pelota girando en el área, arquero vencido junto al primer palo y el uruguayo, arrastrándose, con la punta del botín terminó con la malaria, para que las tribunas vuelvan a temblar y el "decano" siga alimentando ese sueño llamado Primera división.
¿Cuánto vale este gol? Para Lujambio, sin dudas, muchísimo, porque suma cinco y sigue como el tercer artillero del equipo, después de Rodríguez (14 tantos) y Sarría (10). Ni hablar de Atlético y de Rivoira, que recuperaron a uno de los jugadores que llegó con cartel de estrella y al que la presión de jugar las últimas 10 fechas del torneo no le pesará ni un poquito.

Faltó precisión

"Si hubieran entrado todas las que tuvimos, hubiera sido más fácil. Nos faltó precisión en los últimos metros y ellos se acoplaron bien atrás, jugando de contragolpe. Por suerte pudimos convertir y obtener la victoria. Se están jugando muchas cosas y ninguno quiere perder nada. Está claro que vinieron a buscar el empate", comentó César Montiglio.

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