Entre la espesura cerrada de la selva y bordeando un camino al que sólo se puede acceder a pie, se levanta una fortaleza. Allí, según se difundió el boca a boca, se escondió Martin Bormann, un líder de la Alemania nazi que pretendió ser el sucesor de Adolf Hitler.
Las ruinas de la guarida están ubicadas a 12 kilómetros del centro de San Ignacio, en medio del Parque Provincial Teyú Cuaré, y se puede acceder a ellas después de una larga caminata.
"No existe documentación que ratifique la historia, pero sus allegados lo confirman", aclara el guía turístico, Armando Cardozo. Si el relato es cierto, Bormann vivió en Misiones después de que terminó la Segunda Guerra Mundial, en 1945 (en Alemania lo habían dado por muerto). El sendero lleva a tres casas, en las que, según la leyenda, vivía con asistentes y soldados que lo protegían vigilando los alrededores.
"La primera vivienda es amplísima: tiene tres habitaciones, un living, un baño, una cocina con sótano y un cuarto privado en el piso superior. La segunda, que funcionaba antes como puerto de los jesuitas, ya que se ubica muy cerca del río Paraná, fue restaurada por los nazis para alojar a los custodios", precisa el guía. La tercera se usaba como depósito de mercancías. El follaje de la jungla y la reserva del pueblo le permitieron a Bormann dejar su escondite varias veces para visitar un almacén de la ciudad de Jardín de América.De todos modos, esta leyenda quedó sólo como eso: una leyenda, ya que un estudio genético permitió identificar sus restos, que estaban enterrados en Berlín.