Hubo mucha garra pero casi nada de fútbol

El "Chulo" Rivoira se jugó, terminó el encuentro con cuatro delanteros y así consiguió un punto. Por Gustavo Rodríguez - Redacción LA GACETA. Video

CON LAS CARAS LARGAS. Ischuk, Reynoso, Martos, Páez, Martos y Montiglio ingresan al túnel. Los plateístas los despidieron con aplausos. LA GACETA / FRANCO VERA CON LAS CARAS LARGAS. Ischuk, Reynoso, Martos, Páez, Martos y Montiglio ingresan al túnel. Los plateístas los despidieron con aplausos. LA GACETA / FRANCO VERA
29 Septiembre 2008

 

Los simpatizantes salieron del estadio haciéndose la misma pregunta: ¿sirve el empate? Sí, pero sólo si se tiene en cuenta que con una baja producción colectiva, Atlético al menos sumó un punto. Nadie puede negar que el equipo de Héctor Rivoira puso mucha garra para lograr dar vuelta el partido, pero fue sólo eso. De fútbol, casi nada.
Los "decanos" nunca renunciaron a buscar el arco rival. Pero lo hicieron a los pelotazos, porque Claudio Sarría (4), el encargado de crear, estuvo desaparecido. Tampoco tuvieron una buena tarde los desequilibrantes Sebastián Longo (5) y César Montiglio (6). Para colmo, la línea defensiva dio demasiadas ventajas: Martín Martos (5) se durmió y por ese error Javier Páez (6) cometió un grosero penal, mientras que Andrés Bressán (5) primero y Diego Reynoso (5), después, alternaron buenas y malas. Lucas Ischuk (6) estuvo firme como siempre y no tuvo nada que hacer en los dos goles que le hicieron. Martín Granero (6) y Damián Musto (5) hacían lo que podían para tratar de imponerse en la mitad de la cancha. Josemir Lujambio (6) y Juan Pablo Pereyra (6) no tuvieron ni una situación propicia para marcar.
Con un incuestionable 2-0 en su contra, el comandante Rivoira se fue al descanso para planificar la estrategia para revertir la historia. No se equivocó al pensar que Instituto se refugiaría en su campo para aguantar a capa y espada el triunfo parcial. Por eso apostó por el intrépido Luis Rodríguez (7) para que lograra romper la muralla cordobesa. Fue un paso, pero no alcanzó. Por eso sumó a Lepoldo Gutiérrez (6) y el partido se transformó en un monólogo "decano".
Rodríguez, Pereyra y Lujambio por momentos se turnaron para conducir la ofensiva de Atlético que era desordenada, pero constante. Las fallas defensivas desaparecieron, porque los defensores se juntaron con Granero en la mitad de la cancha y le bajaron la persiana a Instituto. Luego, con una picardía del "Pulguita" y la sutil definición de Montiglio -uno de los más cuestionados de la tarde- los "decanos" pudieron igualar un encuentro que por poco se le escapa de las manos.

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