LA GACETA y el maestro

LA GACETA y el maestro

La Dirección.

LOS ORIGENES. “LA GACETA de Tucumán es, pues, mi cuna periodística”, rememora uno de los mejores críticos teatrales de la Argentina, quien publicó su primera reseña en este diario. LOS ORIGENES. “LA GACETA de Tucumán es, pues, mi cuna periodística”, rememora uno de los mejores críticos teatrales de la Argentina, quien publicó su primera reseña en este diario.
27 Julio 2008
Ernesto recibió una carta en 1950. Un ex compañero de escuela le recordaba "sus composiciones del colegio" y le pedía que colaborara con una sección bibliográfica. Después de un tiempo y de varios artículos, su ex compañero, Daniel Alberto Dessein, volvió a escribirle. "No sé si te habrás dado cuenta, pero sos un periodista", lo anotició. El propio Schoo lo rememoró en el suplemento cultural de La Nación.

Ernesto Schoo es unos de los mejores críticos teatrales de nuestro país. También uno de los más altos exponentes del periodismo nacional. Lo curioso es que Schoo, después de medio siglo de labor profesional, sigue sin considerarse crítico ("antes que crítico, soy un escritor que va al teatro y cuenta sus impresiones", afirma). Otro dato llamativo de su biografía es que se convirtió en periodista sin sospecharlo.
La tapa del 12 de julio próximo pasado de ADN, revista cultural del diario La Nación, está dedicada a un artículo de Ernesto Schoo sobre Rodin. En la columna editorial, Jorge Fernández Díaz, su director, sostiene: "Una cosa es ser inteligente y otra muy distinta es ser un sabio. El inteligente se permite la vanidad, la avaricia y la ostentación, y también la necesidad de reafirmar su ego a cada instante. El sabio, en cambio, sabe que no sabe, prefiere muchas veces no tener razón y practica con ascetismo y filosofía una curiosidad siempre joven y una modestia casi humorística. A este último grupo pertenece uno de los grandes maestros del periodismo: Ernesto Schoo?Había entrado sin querer en la prensa escrita gracias a LA GACETA de Tucumán, donde su viejo amigo, el mítico pero siempre vigente editor Daniel Alberto Dessein, le pedía colaboraciones. Un día le escribió una carta a Ernesto, que vivía en Buenos Aires: "No sé si te habrás dado cuenta, pero sos un periodista", le anunció. Ernesto no podía creerlo? No estaba en los planes de Schoo ser periodista. Pero lo fue".
El propio Schoo se refirió a sus inicios en estas páginas (en un artículo titulado LA GACETA y yo) y en el suplemento cultural de La Nación: "Durante esos años ocurrió algo decisivo en mi vida, aunque yo lo ignorase en el momento. Y ocurrió, como casi todas las cosas importantes que me han sucedido, sin mi intervención, sin proponérmelo. Recibí una carta de mi antiguo compañero de la Escuela Modelo, en la primaria y la secundaria, Daniel Alberto Dessein? Esto era en 1950? En esa carta Daniel Alberto, "recordando tus composiciones del colegio", me preguntaba si colaboraría con él en la sección bibliográfica. Le contesté de inmediato que sí, y la primera reseña que escribí fue la de Hojas de hierba, de Walt Whitman, en la traducción de León Felipe. Las colaboraciones en LA GACETA se volvieron casi semanales y Dessein comenzó a pedirme también reseñas de acontecimientos artísticos y culturales en Buenos Aires, que yo enviaba quincenalmente a Tucumán? ¿Periodista yo? Nunca se me había ocurrido. Aspiraba a pintor (estudiaba dibujo y pintura) o a actor (también estudié teatro). De periodista, ni idea? Pero Dessein insistió y me encargó, además de las otras tareas, nada menos que la sección de política internacional, aceptada por mí con total irresponsabilidad. LA GACETA de Tucumán es, pues, mi cuna periodística. También está en el origen de mi actividad más notoria. Porque en 1956, la Comedia Nacional estrenó en el Cervantes Facundo en la ciudadela, del poeta Vicente Barbieri, cuya acción transcurre precisamente en San Miguel de Tucumán, ocupada en 1831 por Facundo Quiroga. Dessein me encargó la reseña para su diario, y ésa fue mi primera incursión en la crítica teatral."

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