"Los actuales cambios culturales y sociales privan de la palabra"

Reconoce que la caída de algunos prejuicios ha sido importante en el aumento de consultas pero destaca el valor de algunos hechos históricos, culturales y avances de la tecnología que también generaron repercusiones. Según la psicóloga, Sara González, en mayor o menor medida estos hechos alteraron las relaciones interpersonales y algunos hábitos. "Las condiciones impuestas por las  variaciones culturales, sociales y familiares actuales privan de la palabra al ser humano. La televisión, la computadora, el exceso de trabajo, el consumismo, las presiones, implican un silenciamiento, porque colocan al ser en el papel de receptor, lo que genera síntomas y, claro, la necesidad de tomar la palabra para expresarse", afirma.
Deja en claro que nadie hace una consulta porque quiere seguir una moda, sino porque algo en su interior lo moviliza para hacerlo. "Puede ser una tendencia que va en aumento pero no una moda. Llega al consultorio porque sufre y piensa que tiene posibilidad de resolverlo", dice.
La psicóloga, afirma que la apertura en el consciente colectivo, respecto a la psicología como una disciplina formal, coincide con la vuelta de la democracia en 1983, con la instauración de la ley de colegiación que avaló la instalación y regulación de colegios profesionales y con los cambios en la estructura familiar.
"Pasada la dictadura, con la vuelta de la democracia, se habilitó el servicio de los psicólogos que, durante muchos años estuvieron replegados investigando por no poder ejercer. Esa situación generó la existencia de grupos de estudios que dejaron una importante producción científica", explica González, quien sostiene que fueron esos años de difusión de las obras de Freud y Lacan lo que, años más tarde, provocaron el fenómeno del diván en la Argentina; por lo que diferencia de otros países, se desarrolló e implementó con mucha fuerza el psicoanálisis.
El regreso de la democracia, después de muchos años de silencio y represión condujo a muchos a la consulta de especialistas.
"Paulatinamente, se fueron perdiendo los espacios en los que se podía hablar, como los familiares", apunta. En vez de recurrir al hombro de un amigo, al padre o al sabio consejo de una madre, los profesionales de la salud mental comenzaron a convertirse en los receptores de la demanda. "Antes, las consultas psicólogicas eran atendidas por los médicos. Por ejemplo, se le consultaba al pediatra por qué el chico se orinaba en la cama", detalla.