Fueron a la plaza convocados por mensajes de texto

Fueron a la plaza convocados por mensajes de texto

Cientos de tucumanos se congregaron en los alrededores de la Casa de Gobierno y exteriorizaron su malestar con el Gobierno nacional. Las filas de autos saturaron el tránsito en el microcentro. La mayoría de los presentes no tiene relación directa con el agro. Otra marcha.

PRESENCIA INESPERADA. Familias enteras se concentraron en la plaza Independencia, tras recibir la convocatoria por SMS. El enojo social se hizo evidente. LA GACETA / FRANCO VERA PRESENCIA INESPERADA. Familias enteras se concentraron en la plaza Independencia, tras recibir la convocatoria por SMS. El enojo social se hizo evidente. LA GACETA / FRANCO VERA
17 Junio 2008
A las 14 los celulares empezaron a hablar. Sin distinción de ideologías ni de posturas, cada argentino recibió el mensaje (se reproduce textualmente: “a las 20 hs. En todo el país bocinazos y cacerolazos y apagón por 15 p pedir un basta cristina. (pasar el msj). La convocatoria viene dsd Rosario”.
A la hora señalada, autos, camionetas, taxista y motociclistas comenzaron a dar vueltas a la plaza Independencia. Muchos tucumanos se levantaron de las mesas de los bares y se fueron a gritar frente a la Casa de Gobierno. Primero se oyeron bocinas y golpeteos de metal tímidos, pero con el correr de los minutos familias enteras comenzaron a copar la plaza. Cuando el ruido se volvió estridente, se escuchó el grito de 2001. “Que se vayan todos”, entonaron los manifestantes. El gobernador, José Alperovich, no estuvo ausente en los cánticos de protesta: de la boca de quienes se concentraron en la plaza brotaron palabrotas en contra de él.
La magnitud de la protesta sorprendió a los propios manifestantes. “Hay mucha gente, ¿no?”, comentó una señora a su marido que, cacerola en mano, asintió con la cabeza mientras seguía entonando cánticos. La multitud sumaba entre 2.500 y 3.000 personas, convocadas exclusivamente por medios electrónicos: los mensajes de texto y, en segundo lugar, los e-mails se desparramaron por todo el país. Este número se estima sin contar las largas filas de autos que causaron una conmoción en el microcentro tucumano y un interminable bocinazo.
Otra particularidad fue que ningún dirigente ruralista de Tucumán estuvo en los alrededores de la Casa de Gobierno. La protesta fue casi espontánea.

En contra de...
Tal como indicaba el texto de los celulares, la convocatoria tenía como blanco a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, la plaza cobijó, además, a quienes también reniegan de los dirigentes agrarios. Es el caso de una mujer que suplicó que no se publicara su nombre porque, según se excusó, “trabajo ahí”, señalando hacia la Casa de Gobierno. “Mi protesta es en contra del Gobierno y del campo. Tienen que arreglar de una buena vez porque nosotros no tenemos nada que ver con esto, pero nos toca a todos. Pero después de haberlo escuchado a (Luis) D Elía recién no veo posibilidades de solución a corto o mediano plazo”, expresó desilusionada.
Entre los que sí defenestraron a la Presidenta estaba José, que también pidió reserva de su apellido. “Yo, obviamente, estoy con el campo”, declaró desde su camioneta cubierta de tierra. “La única solución es que el Gobierno muestre algún gesto hacia el campo. No querer dialogar sobre las retenciones es una forma de llamar al conflicto civil”, agregó. Pero hubo otros que sintetizaron el encuentro como una convocatoria en favor de la democracia. “Aquí no hay ni a favor ni en contra de nadie; peleamos por la democracia. El matrimonio Kirchner es soberbio, y la única solución para este conflicto es que a ellos se los interne en un psiquiátrico”, ironizó Ricardo Parra.
La heterogeneidad de la multitud permitía que un reducido grupo de jóvenes, que defendían al Gobierno nacional, pasara inadvertido. “Esta es una protesta en contra de los que menos tienen, es la oligarquía acostumbrada a avasallar a los pobres, que sale en contra de un gobierno popular, nacional y constitucional”, declaró Hugo Bustos, quien se definió como un defensor de la Presidenta. “Somos 15 que nos autoconvocamos; como no venimos con banderas no puede interpretarse nuestra presencia como una provocación”, agregó Silvana Torres. El grupo se retiró a media hora de comenzada la protesta.
Los manifestantes entonaron en cuatro oportunidades el Himno Nacional. La última fue luego de dar una vuelta a la plaza principal. Antes de despedirse, tras más de dos horas de golpear cacerolas y tronar bocinas, convocaron para otra marcha, el miércoles a las 20. “En dos semanas aquí vendrán varios presidentes. Tenemos que llegar a esa fecha con la obligación de demostrarles que nuestro problema es en serio, de demostrarles que en Tucumán se siente la pobreza y la falta de trabajo digno”, arengó un improvisado convocante.

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