
SU MEJOR ARMA. “Pigu” fue infalible sobre el green y anotó cinco birdies.REUTERS

"Pigu" recorrió un vía crucis emocional y deportivo antes de llegar a esta consagración mundial. Porque previo a levantar su primer trofeo en tierras estadounidenses debió trabajar y mucho en el campo del TPC de Louisiana. A primera hora, Romero debió salir a culminar la tercera vuelta. Con un sprint final perfecto, cerró el recorrido del sábado con 65 golpes, labor que le posibilitó ascender a la segunda colocación de la competencia, con 207 impactos (-9), y quedar a uno del local John Merrick.
Superado el trámite, "Pigu" se quedó con la sensación de que este podría ser su momento. Y así lo ratificó en la cancha. Tranquilo y sin evidenciar la presión propia de una vuelta decisiva, "Romerito" espero su momento y no lo desaprovechó. Concluyó los primeros nueve obstáculos en -1, producto de dos birdies -hoyos 2 y 7- contra apenas un bogey (6). No le alcanzaban para desprenderse del resto de sus rivales, que todavía no habían salido a buscar su suerte. Pero en la vuelta todo cambió. No hubo fallas en sus determinaciones y los birdies se hicieron presentes, con los descuentos en los hoyos 11, 12 y 16.
Punto final a una performance más que destacada: Romero se abrazaba a la cima del certamen con 275 (-13) y sólo Woody Austin y Peter Lonard podrían arrebatársela.
Fueron tres horas de larga espera para "Pigu", que aprovechó el parate para abstraerse de la situación y almorzar en compañía de su entorno. Así se alejó de todo lo que sucedía a su alrededor.
Hasta que su mirada chocó contra el clasificador general. Fue en ese preciso instante cuando "Pigu" se dio cuenta de que la hazaña estaba cerca. Austin firmaba un doblete en el 18 y se despedía. Sólo queda en cancha Lonard, que llegó a igualarlo a falta de dos hoyos, aunque un bogey en el 17 colaboró para que Romero festejara y disfrutara de su hazaña. Que sólo él hizo posible.
Superar etapas es una constante para "Pigu"
El dinero, en estos casos, queda de lado. Es verdad que Andrés Romero embolsará una suculenta suma por haberse consagrado en el Zurich Classic. Sin embargo, esto no es lo más importante.
Gracias a esta conquista, "Pigu" aseguró su futuro deportivo por cinco temporadas en el circuito más prestigioso del mundo. Además, pegará un importante salto en el ranking mundial, mientras que ya lo hizo en la Orden de Mérito del PGA Tour, donde saltó del puesto 119 al 12, con más de 1,2 millón de dólares acumulados. Ahora bien, si hay algo que le resultará imposible de evitar al tucumano será todo el circo mediático que se le aproxima por haberse consagrado en uno de los torneos de mayor renombre en los Estados Unidos, justo en la antesala al Masters de Augusta.
Quizá lo que más sorprende es la celeridad con que "Pigu" se abrió camino en los distintos circuitos del planeta. En Argentina no demoró mucho en sobresalir. Lo mismo sucedió cuando conquistó tres títulos en el Tour de Las Américas y se ganó el pasaje al Challenge Tour de Europa, donde apenas estuvo un año y consiguió la membresía para el European Tour. En su segunda temporada en el viejo continente, Romero se llevó el título de Hamburgo y un tercer lugar en Abierto Británico, entre otros lauros, y se ganó el derecho de jugar en Estados Unidos. En apenas dos meses ya logró lo que muchos nunca podrán conseguir: ganar un título del PGA. (Especial)







