Las frases y situaciones más insólitas del histórico traspaso

Durante el acto de toma de los atributos presidenciales y en el discurso de asunción de Cristina se produjeron situaciones inesperadas. Aquí, una recopilación de esos momentos.

ACTO en la rosada. La Presidenta toma el juramento protocolar a Lousteau, Ministro de Economía, y a Alicia Kirchner, Ministra de Desarrollo Social.TELAM-NA  ACTO en la rosada. La Presidenta toma el juramento protocolar a Lousteau, Ministro de Economía, y a Alicia Kirchner, Ministra de Desarrollo Social.TELAM-NA
11 Diciembre 2007
BUENOS AIRES.- Cristina Fernández de Kirchner asumió ayer la presidencia, tomó juramento a su equipo de ministros e inauguró su mandato con definiciones de continuidad y profundización de la gestión de su antecesor, su marido, Néstor Kirchner. Entre tanto protocolo, durante la asunción se produjeron algunas situaciones disparatadas o, al menos, inesperadas:

¡Nunca voy a entenderlo! Antes de recibir la banda y el bastón presidencial, el nuevo mandatario y el que abandona el sillón de Rivadavia deben dejar sus firmas en los libros oficiales. Sin embargo, Néstor Kirchner se olvidó del procedimiento y Cristina lo corrigió. "Nunca pude aprender el protocolo", dijo él desatando carcajadas en el recinto.

El impuntual. El presidente venezolano, Hugo Chávez, llegó tarde a la ceremonia en el Congreso. Justo cuando el vicepresidente Julio Cobos estaba jurando, ingresó el verborrágico latino.

Guardaespaldas para Tabaré. La flamante jefa de Estado agradeció la presencia de su par uruguayo Tabaré Vázquez, pero enseguida lo fustigó con una de las frases más contundentes del discurso. "El país vecino ha violado el Tratado del río Uruguay", dijo con enérgica voz. Vázquez, por las dudas, entró acompañado por una maraña de guardaespaldas.

Olvidado. El príncipe español Felipe de Asturias es un hombre espigado. Sin embargo, y pese a su altura, Cristina pareció no verlo, porque se olvidó de nombrarlo cuando agradeció a todos los mandatarios presentes en su asunción. El monarca fingió desinterés y puso su mejor cara de piedra, pero a su alrededor todos se voltearon hacia él sin disimulo.

¿Qué hará este hombre? Hizo una pausa, lo miró por encima de su hombro y le preguntó: "¿se va?". Fernández de Kirchner se dirigió a su marido durante el discurso en varias oportunidades, pero la única que generó risas en los diputados fue cuándo le preguntó sobre su futuro político. LA GACETA.com ©

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