18 Noviembre 2007
RISAS. Uno de los personajes de Albornoz en “No soy yo cuando me transformo”.
“Considero a las imitaciones como un género particular. Creo que todo actor está capacitado para lograrlo, ya que la formación exige cantar, bailar y actuar, y desde las técnicas de preparación que se imparten, se pueden lograr imitaciones con grandes parecidos a los personajes o cantantes”, afirma Juan Albornoz, uno de los integrantes del Trío Ka-retas. Albornoz no es un imitador, sino que está haciendo su primera incursión en el oficio. En un espectáculo que estrenó ayer (“No soy yo cuando me transformo”, se repone esta noche a las 22, en San Martín y Monteagudo), hay un set en el que imita a la popular actriz Nacha Guevara.
“En este caso tomé como referente su particular voz, su desenvolvimiento escénico, y, obviamente, su figura cada vez más rejuvenecida. Tuve la oportunidad de verla en la revista de Jorge Guinzburg, hace poco, y la verdad es que me pareció emblemática”.
El humorista cuenta que el método de la observación fue fundamental; a través de los videos, programas de televisión y revistas. “Hay una etapa de investigación que es primordial para llegar a su parecido físico, y que no se logra de un día para el otro. Nacha es una mujer estilizada, de rasgos lánguidos y pálidos, y eso hace que la sátira tenga ingredientes suficientes para lograr un absurdo. En cuanto a la voz, me dediqué por largo tiempo a escuchar sus temas y a repetirlos, hasta que el parecido fue notable, mediante impostación de la voz y técnicas de canto precisas; así pude imitarla desde la pista musical”, describe Albornoz.
“La sátira caracteriza a los humoristas, y la verdad es que la elegí porque con su figura y su voz se puede jugar demasiado, pero además, porque la admiro, y en este caso le dedico un homenaje a una estrella de la farándula que seguramente ocupa un lugar entre los grandes”, sostiene el integrante de Ka-retas.
Cuando se lo consulta sobre su trabajo, responde: “Yo me divertí mucho, y espero que la propuesta guste; es una obra que lleva su tiempo, y genera gran placer si el resultado es convencer al espectador que está frente a Nacha”.
“En este caso tomé como referente su particular voz, su desenvolvimiento escénico, y, obviamente, su figura cada vez más rejuvenecida. Tuve la oportunidad de verla en la revista de Jorge Guinzburg, hace poco, y la verdad es que me pareció emblemática”.
El humorista cuenta que el método de la observación fue fundamental; a través de los videos, programas de televisión y revistas. “Hay una etapa de investigación que es primordial para llegar a su parecido físico, y que no se logra de un día para el otro. Nacha es una mujer estilizada, de rasgos lánguidos y pálidos, y eso hace que la sátira tenga ingredientes suficientes para lograr un absurdo. En cuanto a la voz, me dediqué por largo tiempo a escuchar sus temas y a repetirlos, hasta que el parecido fue notable, mediante impostación de la voz y técnicas de canto precisas; así pude imitarla desde la pista musical”, describe Albornoz.
“La sátira caracteriza a los humoristas, y la verdad es que la elegí porque con su figura y su voz se puede jugar demasiado, pero además, porque la admiro, y en este caso le dedico un homenaje a una estrella de la farándula que seguramente ocupa un lugar entre los grandes”, sostiene el integrante de Ka-retas.
Cuando se lo consulta sobre su trabajo, responde: “Yo me divertí mucho, y espero que la propuesta guste; es una obra que lleva su tiempo, y genera gran placer si el resultado es convencer al espectador que está frente a Nacha”.
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