"Me siento como un padre ante mis antiguas películas"

Antonioni nació en el seno de una familia burguesa, se formó como economista pero luego se dedicó a la crítica cinematográfica y estudió cine en el Centro Experimental de Roma.

SU OBRA CUMBRE. El filme “Blow up” está basado en un cuento de Julio Cortazar. SU OBRA CUMBRE. El filme “Blow up” está basado en un cuento de Julio Cortazar.
01 Agosto 2007
Nacido en el seno de una familia burguesa, economista de formación, Michelangelo Antonioni inició su carrera como crítico cinematográfico tras lo cual estudió en el Centro Experimental de Cine de Roma, la cuna del cine italiano y del antifascismo.
Brillante intelectual, autor o coautor de la mayoría de sus guiones, sus películas reflejan una mirada muy personal sobre la realidad en la que utilizó el simbolismo visual para acercarse a temas como la alienación, el aburrimiento o el erotismo sin amor. En los años 60, su estilo se confirmó con una serie de filmes, entre ellos "El eclipse", interpretado por su actriz fetiche, Monica Vitti, y también su compañera sentimental por una decena de años. Con "Blow-up" de 1966, vagamente inspirado (pero nunca reconocido oficialmente) en el cuento del escritor argentino Julio Cortázar "Las babas del diablo", Antonioni creó una auténtica obra maestra en la que se confirma cómo el cineasta italiano menos provincial y el más atento a los cambios de la sociedad.
Después de 13 años inmovilizado y privado del habla como consecuencia de un derrame cerebral, Antonioni dirigió junto con Wim Wenders "Más allá de las nubes" (1995), película que obtuvo dos premios en el Festival de Venecia de ese año. Al cumplir 90 años en septiembre de 2002, enfermo, fue homenajeado en Roma por el mundo del cine italiano con una velada especial. En los últimos años regresó a la dirección ayudado por su esposa para realizar dos filmes: un documental sobre la restauración del Moisés de Miguel Angel en 2004 y un episodio del filme "Eros", presentado en el festival de Venecia meses después. El episodio fue tan osado que el productor francés tuvo que cortar tres minutos de una escena erótica muy subida de tono. "Filmar es mi vida. Por eso, me siento como un padre ante mis antiguas películas. Traes hijos al mundo, luego éstos crecen y hacen su propia vida. De vez en cuando te reúnes con ellos, y es un placer volver a verlos", había señalado en una de sus últimas entrevistas a la televisión italiana. (Especial)