ROMA.- El cine mundial, que lloró el lunes la muerte del director sueco Ingmar Bergman, perdió ese mismo día a otro gran maestro, el italiano Michelangelo Antonioni, el llamado genio de la incomunicabilidad, quien marcó la historia del cine con filmes como "Blow up", "Desierto rojo" y "Zabriskie Point".
Antonioni, ícono del cine introspectivo, quien desde mediados de los años 80 estaba paralizado en una silla de ruedas como consecuencia de un derrame cerebral, murió el lunes en la noche, a los 94 años, en su residencia de Roma, rodeado por sus familiares más cercanos. Sin embargo, la noticia de su muerte trascendió recién ayer, cuando su familia informó los pormenores. "Murió apaciblemente, en su sillón, al lado de su esposa Enrica Fico", anunció la prensa italiana.
La capilla ardiente será instalada hoy en la sala de la Promoteca del Capitolio de Roma, donde podrán rendirle homenaje el mundo del cine y la cultura. Antonioni será sepultado mañana, en Ferrara, donde nació el 29 de septiembre de 1912 y donde comenzó su carrera con documentales dedicados a las poblaciones que vivían sobre el río Po, "Gente del Po", terminado en 1947. "Desaparece no sólo uno de los mayores directores de cine, sino el maestro de la modernidad", afirmó el alcalde de Roma, Walter Veltroni, reconocido crítico cinematográfico.
La muerte de Antonioni ocurrió el mismo día en el que falleció el gran maestro sueco Ingmar Bergman y deja al cine huérfano de dos de sus principales creadores. "Eran los intérpretes de esa angustia que afecta el mundo contemporáneo, de los sentimientos del mundo de la posguerra", comentó a AFP el historiador del cine italiano, Aldo Tassone. Su cine, marcado por la obsesión de la imagen y la búsqueda de un lenguaje formal y estético, con escenas largas y lentas, servía en realidad para indagar en el mundo interior de sus personajes, en un espacio enigmático. Películas como "Desierto rojo" (1964), "Blow up", adaptación de un relato de Julio Cortázar, sobre el inquietante descubrimiento de un delito gracias a una fotografía y "Profesión reportero", marcaron la historia del cine. "Perdemos a un intelectual brillante y sensible, un gran cineasta, un refinado observador de los males del siglo XX. Con su muerte se cierra un ciclo del cine italiano", declaró el ministro de Cultura, Francesco Rutelli. "Italia pierde a uno de los grandes protagonistas del cine y de la búsqueda expresiva del siglo XX, pierde a un genio", escribió por su parte el presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano.
Director de unos 20 filmes, recibió numerosos premios en el curso de su carrera, entre ellos el León de Oro de la Mostra de Venecia en 1964 por "Desierto Rojo" y la Palma de Oro del Festival de Cannes (Francia) en 1967 por "Blow up".
Igualmente obtuvo el premio especial del jurado en Cannes en 1982 por "Identificación de una mujer" y el Oscar de Hollywood en 1995 por el conjunto de su carrera así como el León de Oro a toda su trayectoria en Venecia, en 1997. (AFP-NA-Especial)