Cumple 75 años Goofy, el fiel amigo de Mickey

Berlín.- Fielmente tonto y loco, caótico y mansamente valiente, torpe y de buen humor, Goofy (Tribilín), uno de los perros más queridos en el mundo del cómic, concilia las virtudes y debilidades de sus muchos millones de fanáticos en todo el mundo. Y ello desde hace 75 años. El personaje se pasea desde principios de los años 30 por los estudios Disney. Es el mejor amigo del ratón Mickey y hoy celebra su cumpleaños 75, que en años perrunos equivalen a 525.
Su primera aparición, todavía anónima, tuvo lugar el 25 de mayo de 1932 en el corto de animación "Mickey?s Revue". Mientras el perro Pluto se encargaba de generar barullo, Goofy hacía estremecer de risa al público. Sus siguientes pasos fueron más certeros. El dibujante de Disney Floyd Gottfredson le afeitó los bigotes y la barba; recibió una cola más fina; tuvo su primera gran participación y fue bautizado como Dippy Dawg. Según la leyenda, Walt Disney y sus artistas habrían considerado "goofy" (que significa tonto) su humor en las historietas y así fue rebautizado el perro. Goofy alcanzó el éxito en 1936, cuando apareció por primera vez con su característico aspecto que mantiene hasta hoy: un suéter rojo, un chaleco negro, zapatos demasiado grandes y una gorra azul. Su papel fijo se lo ganó años después en la serie "How to...", cerca de dos docenas de películas en las que enseña con sus largas orejas cómo nadar, cabalgar o jugar beisbol, por supuesto con todos los fracasos, desgracias y sufrimientos. El capítulo "How to Play Football" fue incluso nominado al Oscar. Con su optimismo y testarudez, el simpático Goofy se ganó un nombre en todo el mundo, aun cuando este suene distinto en algunos países. El nombre Goofy ha sido traducido a por lo menos 33 idiomas, entre ellos, al español (Tribilín), al francés (Dingo), al noruego (Langbein) y al esloveno (Pepe). Goofy pertenece seguramente al grupo de personajes del mundo de Disney que han tenido más reencarnaciones y que cuentan con un prolífico árbol genealógico. Tiene un inteligentísimo sobrino, Alfons, y en Italia existe un primo arqueólogo "Indiana Goof". (DPA)