19 Abril 2007 Seguir en 


Terminó el Quilmes Rock. Y dejó muchas cosas en nuestras mentes y corazones. El regreso de Sumo con Luca desde el cielo, la confirmacion de Intoxicados, la eternidad de Aerosmith, el culto de Velvet Revolver y las locuras de Juanse Paranoico. Todo está muy bien contado por Facu Pereyra en estas páginas. Pero hubo otro festival, el que me tocó vivir a mí, el que pocos ven, el que sucede antes y después de cada show. El festival de los camarines, de los túneles de la cancha de River. El regreso de todos los Sumo se fue gestando definitivamente en los pasillos del Monumental. Después del show de Las Pelotas, Daffunchio y Sokol caminaban por camarines, excitados y comentando al oído que iba a haber una gran sorpresa al final. Al mismo tiempo se escuchó decir a alguien “está viniendo Pettinato con el saxo”. Antes que sucediera el encuentro sobre el escenario, se empezó a palpar en camarines. Sonrisas, chistes y recuerdos fueron la sensación previa al encuentro. Después, los ex Sumo hicieron de las suyas... una vez más. El segundo día, los camarines estuvieron tranquilos. Los Babsónicos fueron en familia y por eso todo a su alrededor estuvo mucho más tranquilo que lo habitual. De todas maneras, Dárgelos y compañía no dejaban de recibir bien e invitar un trago los que entrábamos a saludar. La banda Keane se paseaba con una gran sonrisa por el anillo debajo de las tribunas de River. Muy británicos, siempre con un agua en la mano, alejados de los excesos, saludaban a los curiosos y se sacaban fotos con quien se lo pidiera. Muy atentos