Terapia para insuficiencia cardíaca

Terapia para insuficiencia cardíaca

El mal afecta a unos 400.000 argentinos. Una de las principales causas de internación de mayores de 70 años.

30 Octubre 2002
Las personas que sufren de insuficiencia cardíaca congestiva (IC) disponen de estrategias de tratamiento que les posibilitan vivir más y mejor. No sólo porque se desarrollan nuevos fármacos, sino además porque se ha descubierto que combinando algunos ampliamente conocidos se logra estabilizar el cuadro y mejorar la calidad de vida de los afectados.
Estas estrategias fueron debatidas en el Simposio "Nuevos horizontes en el manejo de la insuficiencia cardíaca", durante el XXIX Congreso Argentino de Cardiología, realizado recientemente en Buenos Aires.

Mejores estrategias
"En los últimos años se produjo un notable avance en el conocimiento de la fisiopatología, o sea en el proceso y los mecanismos responsables que conducen al desarrollo y progresión de la insuficiencia cardíaca", señaló el doctor Hugo Grancelli, jefe de Cardiología Clínica del Departamento Cardiovascular de FLENI y vicepresidente 1° de la Sociedad Argentina de Cardiología.
"Esta mejor comprensión, junto a los avances en el desarrollo farmacológico, permitió la implementación terapias más adecuadas que las que se usaban".
El doctor Felipe Martínez, profesor titular de Medicina Interna de la Universidad Nacional de Córdoba y presidente de la Federación Argentina de Cardiología, indicó a su vez: "las personas con IC tienen de un 10 a un 20% de mortalidad anual, que es muy alta, y para eso está la investigación farmacológica, para descubrir cada día nuevos compuestos". Grancelli explicó: "la base de la pirámide de los afectados se controla con fármacos y medidas de ?autocuidado? que debe realizar el paciente".
Entre las medidas que debe tomar un paciente con insuficiencia cardíaca se destacan las ?higiénico-dietéticas?, e incluyen modificaciones en el estilo de vida: cuidar la dieta, comer con poca sal (dieta hiposódica), reducir el peso, corregir los factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares (tabaquismo, alcoholismo, diabetes, colesterol, hipertensión arterial), para evitar la progresión de la enfermedad de base, realizar actividad física y evitar el sedentarismo, sumado a un tratamiento farmacológico adecuado y cumplir un control médico periódico.
Los Programas de Manejo de la insuficiencia cardíaca implementados desde los centros sanitarios ayudan al afectado a seguir estos autocuidados.
En la Argentina, según datos internacionales, habría de 400.000 a 500.000 afectados, produciéndose 55.000 nuevos casos por año. Pero del total de pacientes (en nuestro país y en el mundo), apenas el 30% sigue un tratamiento adecuado.
En 1999, un estudio clínico realizado en más de 1600 pacientes demostró que era posible reducir la mortalidad en insuficiencia cardíaca avanzada usando un difundido diurético, la espironolactona, que tiene la propiedad de bloquear (aunque no selectivamente), una hormona llamada "aldosterona", que incide en los mecanismos que llevan a la insuficiencia cardíaca.
"Hay un grupo de drogas que, aunque conocidas desde hace mucho, han sido reevaluadas recientemente: los inhibidores de la aldosterona. La aldosterona es una sustancia que circula normalmente en el organismo, pero que cuando el corazón falla, aumenta. Su bloqueo evitaría el deterioro del músculo cardíaco.
De los inhibidores de la aldosterona, hay uno que se conoce desde hace tiempo, que es la espironolactona, y hay otro que está pronto a aparecer, que es la eplerenona. La espironolactona ya probó, con un estudio contundente que ha tenido fama internacional, el Estudio RALES, que baja un 30% la mortalidad", comentó el doctor Martínez. Recientes investigaciones demostraron que la aldosterona contribuye al desarrollo y progresión de dos males frecuentes: la hipertensión arterial y la insuficiencia cardíaca. A partir de estos hallazgos, se desarrolló un novedoso medicamento, la ?eplerenona?, aprobado en los EE.UU. para tratar la hipertensión arterial y diseñado para bloquear en forma selectiva a la aldosterona.
Este fármaco sigue bajo investigación para su aplicación en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca y en la merma de la progresión del daño en órganos vitales afectados por la hipertensión arterial.

El corazón no puede irrigar adecuadamente

La insuficiencia cardíaca es provocada por la incapacidad del corazón para satisfacer las necesidades de sangre en el organismo. El bombeo del corazón no alcanza a expulsar una cantidad de sangre suficiente para irrigar en forma adecuada los diferentes órganos y tejidos. Enfermedades como las obstrucciones en las arterias coronarias, los infartos, las arritmias e incluso la ?hipertensión arterial?, pueden sobrecargar o dañar progresivamente el músculo del corazón y hacer que, con el tiempo, el músculo cardíaco falle, se vuelva insuficiente y no bombee la cantidad de sangre que necesita el organismo.

Características del cuadro
"El cuadro clínico de la IC se caracteriza por: sensación de falta de aire (disnea), fatiga muscular y retención de líquidos (congestión o ?edema?). Eso provoca importantes limitaciones en la calidad de vida del paciente y, a su vez, hay frecuentes descompensaciones que requieren hospitalización", refirió el doctor Hugo Grancelli.

Sensación de falta de aire
"La sensación de falta de aire al caminar, al hacer esfuerzos, e incluso en los estadios más avanzados, en reposo, se produce esencialmente por congestión pulmonar. Y la fatiga, el decaimiento, la falta de fuerzas, es causada por la falta de buena irrigación de sangre a todo el organismo".

Retención de líquido
La IC produce retención de líquidos, un estado de congestión que se caracteriza principalmente por hinchazón de las extremidades, incluso de los órganos (como el hígado), con una grave alteración de la calidad de vida.
"El paciente se ve limitado en su capacidad física, pero además termina limitándose en todo lo que es la vida de interrelación con otras personas, la vida laboral, y a su vez predispone a que otras enfermedades puedan acontecer, como infecciones, arritmias, insuficiencia renal u otras alteraciones que producen morbilidad o comprometen la evolución general", remarcó.

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