Cinco departamentos de dos edificios, ubicados en San Juan al 700 y en San Martín al 900, fueron desvalijados en domingo. El ataque se concretó 24 horas después de que otras tres viviendas fueran visitadas por delincuentes en Córdoba al 800.
En la propiedad horizontal de San Juan 724 los hombres entraron en los dos únicos departamentos del segundo piso. Primero sortearon sin inconvenientes y sin utilizar la fuerza una reja y la puerta de blíndex, y luego rompieron las cerraduras de las viviendas.
"Nadie escuchó ni vio absolutamente nada. Estuve de viaje en Córdoba y, cuando regresé, encontré todo revuelto. Lo más extraño es que no se llevaron ningún objeto grande", explicó una de las víctimas que pidió que no se publicara su identidad. En el edificio de San Martín 943, los ladrones también ingresaron por el acceso principal y rompieron las cerraduras. "En ningún departamento había gente. Eso les permitió trabajar mucho más tranquilos", señaló un vecino que no quiso identificarse.
Los robos, según confirmaron fuentes policiales, se realizaron entres las 15 y las 18. En todos los casos los ladrones robaron dinero, joyas, y objetos de valor de tamaño reducido, como filmadoras, máquinas fotográficas digitales y reproductores de MP3.
Especialistas
Los investigadores sospechan que detrás de los robos se encuentra una banda que se especializa en este tipo de delitos. En los hurtos que se registraron el domingo, y el sábado, hay algunos patrones comunes. En ninguno de los tres casos, los atacantes forzaron las puertas de acceso de los edificios, pero sí las de los departamentos. Los habitantes de los domicilios que fueron robados no se encontraban en sus casas. Tampoco estaban los porteros y el botín siempre fue el mismo: objetos de valor que fácilmente pueden ser transportados en un bolso de mano. Los delincuentes burlaron los sistemas de seguridad de las tres propiedades horizontales, ya que no se puede abrir la puerta de ingreso desde los departamentos, es decir, sus habitantes deben bajar para que alguien pueda entrar. En la jerga policial se conoce a quienes cometen este tipo de delitos como "escruchantes".
Sorprendida
"Cuando leí lo que había ocurrido en el edificio de la calle Córdoba, me quería morir. Son los mismo que entraron en mi domicilio", señaló una de las víctimas.
María Luisa, una vecina de la zona, señaló que estos casos generan conmoción. "Antes vivía en una casa y no salía porque tenía temor de que me roben. Al mudarme a un edificio pensaba que, con cerrar la puerta, alcanzaría. Pero ahora, con todo lo que está pasando, volví a tener miedo", señaló. "Además, tengo la sensación de que alguien les avisa a los ladrones dónde deben entrar. Los vecinos coincidieron en señalar que, durante los días de semana, hay presencia policial, pero no ocurre lo mismo durante los fines de semana. "Llega el sábado a la siesta y aquí no se ve ni un agente. Ahora me imagino que volverán a poner vigilancia", concluyó Juan Carlos Medina.