El under nació con el rock, como un camino alternativo a las grandes producciones; en sótanos (por eso se le llamó underground), sin dinero y con una mentalidad contestataria e independiente. Fue cambiando, como el rock en general, y tomando diferentes posturas.
Después de la tragedia de Cromagnon, en diciembre de 2004, cientos de locales fueron clausurados por razones de seguridad. El principal afectado fue el under, que se quedó sin espacios. Eso llevó a que muchas bandas empezaran a recorrer el país, buscando nuevo público, y también provocó que las bandas grandes se volcaron más hacia el interior argentino. De a poco, la situación va volviendo a la normalidad.
Tucumán tiene diferentes expresiones que se acercan al under. Una de las más notorias es la que desde hace poco más de dos años vienen levantando las bandas de pop o indie. Otra se da en ambientes más conocidos, como el heavy y el punk. Son tres expresiones con pocas chances de entrar al circuito grande (si es que en Tucumán existe), o que tienen más lejos la posibilidad de firmar un contrato y delirar con chicas y limusinas.
Unidad
Ser o no ser under, es para algunos una cuestión de decisiones. “Cuando una banda empieza es under, y cuando va creciendo llega el momento de dar el salto y de decidir si sigue ahí o no”, explica Miguel Leguizamón, de Rústiko.
Para él, es un movimiento dentro del rock, formado por los grupos que están abajo, fuera de la línea comercial. “Hay más unidad entre estas bandas, más contacto con el público y con la producción independiente; en Tucumán todo es under”, señala finalmente.
A Alfredo Socci, cantante de Pelops, le resulta paradójico que el under tucumano esté, según él, expresado por el pop, un estilo que históricamente fue bastante afín a la industria. “Ellos armaron su propia movida, su circuito con sus lugares y su público, tienen un microambiente propio, y tienen la actitud del que se la banca”, explica.
“El ambiente pop es autogestivo, aunque muchos creen que no, pero no es under. Nos manejamos a otro nivel, cargando equipos, armando todo y sin contratos, sin difusión y sin el apoyo de la industria real, que es lo que no hay acá”, dice Jorge Piñero, de Estación Experimental.
Para redondear la idea, afirma que under significa trabajar de manera desapegada al ambiente, con otros mecanismos de prensa y difusión, y con la búsqueda de lugares chicos.
Cuando le mencionan la palabra under, Rolo Marín dispara automáticamente “Tequila”, el pub donde actúa mañana. El considera que sí hay un circuito de “grandes ligas y otro chico, porque hay bandas que vienen tocando y peleando hace mucho”.
“Todos somos under, excepto uno o dos que están peleando por la masividad. Está bien, pero no es la mía”, resume Matías Medina, de Zyon.