"Aquí hay que ser ciego, sordo y mudo", dijo un vecino de la víctima

En el velorio de Flores, los amigos se quejaron de la falta de apoyo policial. "Esta gente tiene códigos y nadie puede decir nada", afirmaron. Peligro.

21 Febrero 2007
No fue un día más en el Juan XXIII. Decenas de vecinos del barrio conocido como “La Bombilla” vivieron una jornada teñida por la incredulidad y la incertidumbre, luego del homicidio de Ricardo Alberto “el Tuerto Richard” Flores. “Esos delincuentes caminan por la calle con dos pistolas en la cintura, y la Policía no hace nada”, señaló un hombre que se encontraba en el velorio de Flores.
“Lo balearon cuando estaba con la hijita, que tiene siete años. Eso no es un enfrentamiento: a ‘Richard’ lo mataron como a un perro”, afirmó el vecino, que prefirió no identificarse. Según el hombre, el ataque se originó luego de una discusión entre Flores y “Cococho”. “Querían que el hijo de 12 años que trabaja en los semáforos les vendiera las drogas. Y ‘Richard’ se les paró”, afirmó el hombre, y agregó que los hijos de “El Pelao” Cabrera (un individuo vinculado a varios delitos durante la década del 90) cuentan con apoyo para poder actuar.
Otro vecino del lugar, que tampoco quiso identificarse, por temor a represalias, afirmó que es inútil hacer denuncias. “Acá hay que ser ciego, sordo y mudo”, señaló el hombre, y dijo que aunque su forma de vida no tiene nada que ver con la de los delincuentes de la zona no puede hacer nada en contra de ellos. “Esta gente tiene códigos y nadie puede decir nada; porque si no uno es mal visto y eso acá es muy peligroso”, explicó.

Temor
Muchos habitantes de “La Bombilla” temen cualquier acercamiento con un desconocido debido a la inseguridad que afrontan día a día. “No sé nada; vivo encerrada, no sé nada”, dijo aterrorizada una vecina, mientras cerraba la puerta de su casa.
Menores que estaban reunidos en la esquina de Thames y Uruguay, a pocos metros del lugar del homicidio, aseguraron que la Policía ingresó ayer al barrio y los requisó, según ellos, injustamente. “Es un abuso de autoridad. Estábamos tomando mate con nuestra familia en la puerta de la casa y nos tiraron las cosas al  suelo haciéndose los prepos”, dijo un chico, cuyo nombre no se da a conocer por motivos legales.
Otro de los menores afirmó que los efectivos habían aprehendido ayer a la madrugada a dos jóvenes de la zona. “Se quieren llevar a cualquiera, esto no puede ser”, indicó uno de los adolescentes, que mientras charlaban se pasaban un “porro” de marihuana. Aún no era mediodía.
“Lo que no me esperaba era que lo maten al frente de la hija. Encima, dejó una tracalada de changuitos”, afirmó otro de los menores, quien una vez finalizado el diálogo con LA GACETA pidió 50 centavos para “tomarse una gaseosa”.