El clown, mucho más que un payaso

El clown, mucho más que un payaso

Más allá de la risa, el clown es el niño que disfruta jugando y que quiere ser como los adultos aunque nunca pueda conseguirlo, señaló una especialista. "Es un artista que se desnuda ante el público y deja al descubierto su ser más profundo", explicó la artista Agustina De Olano.

EJERCICIOS. Agustina De Olano dictó un curso para artistas locales en el que prioriza lo lúdico y lo placentero, y aprovecha la energía.(LA GACETA/ ENRIQUE GALINDEZ) EJERCICIOS. Agustina De Olano dictó un curso para artistas locales en el que prioriza lo lúdico y lo placentero, y aprovecha la energía.(LA GACETA/ ENRIQUE GALINDEZ)
13 Noviembre 2006
Hace pocos días, la especialista Agustina De Olano dictó un seminario sobre la técnica del clown en esta ciudad. LA GACETA conversó con ella, que explicó que pretende demostrar que el campo del clown "va mucho más allá de la risa". "Hace reír o llorar porque él mismo experimenta esas emociones y puede transmitirlas", sostuvo en la entrevista.

"El clown apela al humor para conectarse con el público"
"Si uno hace su trabajo con placer, es un beneficio para uno mismo. Si, además, este placer genera placer a otros, y a la vez este a otros más, entonces es redondo como una nariz roja". Esta es la ecuación que, según la artista Agustina De Olano, caracteriza al clown, ese artista que se sumerge en su propia intimidad para mostrar aspectos insólitos de la realidad.
"El clown suele ser asociado con el payaso de circo, pero en realidad es mucho más que eso. Es un artista que se desnuda ante el público y deja al descubierto su ser más profundo", explicó la artista.
De Olano, que acaba de dictar un seminario sobre esta técnica tan particular, es oriunda de Buenos Aires, pero estudió teatro en la Facultad de Artes de Tucumán. "Siempre me gustó experimentar con las técnicas de clown. Y, desde que me recibí, hice muchos cursos, tanto en la Argentina como en el exterior, sobre los secretos de este arte", señaló en una entrevista con LA GACETA.

-¿ Cuál es la llave mágica para llevar a buen puerto esta técnica?
- Sin duda, la interacción con el público. Las técnicas más usadas generalmente apelan al humor y convierten al artista en un ser más permeable, para decir cosas que de otra manera permanecen ocultas en general.

-¿ Ha cambiado mucho en los últimos años?
- Sin duda. El teatro en general ha emprendido nuevos rumbos. Y las técnicas de clown se usan cada vez más para distintas puestas, incluso las del teatro convencional. En inglés, "clown" significa "payaso", pero los que trabajamos con esta técnica pretendemos demostrar que el campo del clown va más allá de la risa, y abarca otros aspectos.

- Se dice que la nariz del payaso es la máscara más pequeña que existe...
- Es así. El clown construye el personaje a partir de una introspección profunda. No busca sólo hacer reír o llorar al público. Hace reír o llorar porque él mismo experimenta esas emociones y puede transmitirlas.
- ¿Cómo encaraste el taller en Tucumán?
- A partir de un trabajo meramente lúdico y placentero. Se trató de aprovechar al máximo la energía. El punto de apoyo del clown es el vacío, el no saber, el sólo seguir su impulso, estando atento a lo que le sucede a él y al público. Y todo esto se concreta desde el juego que realiza, y que es lo más serio que sabe hacer.

- ¿El clown es el niño que todos llevamos dentro?
- Exacto. El niño que no tiene tabúes, que disfruta jugando y que quiere ser como los adultos aunque nunca pueda conseguirlo. Lo que el payaso busca siempre (su principal motivación) es ser amado, quiere que el público lo ame, quiere que sean sus amigos. Siempre intenta parecerse a los demás pues cree que así lo aceptarán y lo amarán; es como un niño que quiere ser adulto.

La diferencia con el payaso no pasa solamente por el vestuario y maquillaje
La técnica de clown proviene de la escuela francesa de Jaques Lecoq, fundada en 1956, y está basada en la observación de la dinámica de la vida.
El clown es un hombre-actor que se sumerge en su propia intimidad y, a partir de allí, ayuda a que aparezcan sus aspectos mas ridículos o aquellos no tan aceptables, socialmente hablando. Mientras toma valor y pierde el miedo comienza a reconocerlos y así, en ese estado, se muestra al público, sin utilizar la voz ni la cuarta pared.
La risa es el alimento del clown. Pero también hay otras acciones que lo acompañan y palabras que lo definen: libertad, sinceridad, espontaneidad, juego, improvisación, creatividad, vulnerabilidad, inocencia, complicidad, humor, comunicación. Si todo esto está presente, aparece el clown.
El clown se diferencia del payaso en su vestuario y maquillaje, entre otros elementos, pero la mayor distinción técnica radica en que el payaso trabaja sobre arquetipos del ridículo universal, como por ejemplo, el tropezón, mientras que el clown trabaja y compone a partir de sus propios temores, sueños y obsesiones.

Bofetadas, volteretas y caídas son los recursos favoritos en los gags y sketches
Bofetada.- Recurso de gran efecto dramático, muy usado por los payasos. En realidad la bofetada es simulada, ya que el agresor no toca nunca la cara del agredido: el sonido lo hace este último golpeando fuertemente con sus propias manos, que están bien lejos de la cara para que el público no vea el truco.

Cascada.- Sucesión rápida de saltos, volteretas, caídas y reacciones físicas trucadas. La cascada es siempre espectacular y de gran verosimilitud dramática.

Paradídel.- Combinación rítmica de bofetadas alternadas. Hay un orden básico (derecha-izquierda / derecha-derecha / izquierda-derecha / izquierda-izquierda), a partir del cual nacen incontables variaciones.

Estos recursos se plantean, desde el punto de vista de la dramaturgia, en determinados momento del espectáculo, como en la entrada, el sketch, el gag, la rutina o la parada.

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