Un rompecabezas. Los investigadores tratan de armar las últimas horas de Angela Beatriz Argañaraz, la maestra que desapareció el lunes, pero les faltan demasiadas piezas. La pista de la docente se pierde en la esquina de Lavalle y Alem, donde la vieron por última vez. A partir de ese momento, todo es un misterio.
Con el paso de las horas, los familiares de la maestra sienten que el terror se apodera de ellos. El hecho de no tener ninguna pista del paradero de la mujer de 45 años que ayer debía asumir como directora del Colegio San Francisco los desespera. “Ya no sabemos qué pensar. Lo único que queremos es que alguien se comunique con nosotros y nos diga dónde está”, dijo, al borde de las lágrimas, Liliana, una de las hermanas de Angela.
Hasta el momento, los investigadores tratan de desentrañar lo sucedido, y no descartan ninguna hipótesis, pero por ahora la más fuerte es que la razón de la desaparición puede ser de índole pasional.
La desaparición de la mujer provocó una rapidísima reacción de la Policía y de la Justicia. Ayer a la siesta, en la sede del fuero penal, hubo una cumbre de más de una hora entre el ministro de Seguridad Ciudadana, Mario López Herrera, y el jefe de Policía, Hugo Sánchez, quienes se reunieron con la fiscal Adriana Gianonni y con el secretario Ernesto Baaclini, para delinear los pasos a seguir. “Estamos poniendo todos los recursos con los que contamos para tratar de encontrar a esta señora”, le dijo el ministro a LA GACETA al salir.
Angela vive en El Manantial con Julio Navarro. El lunes salió poco después de las 6. Debía llegar al colegio ubicado en calle Marcos Paz al 600 antes de las 7, ya que era la encargada del ingreso de los alumnos. Pero, además ese día iba a dejar de ser maestra de grado, ya que le habían ofrecido la dirección del colegio. “Estaba muy feliz, muy entusiasmada”, dijo ayer su hermana luego de declarar en la fiscalía VIII.
Datos clavePero Argañaraz jamás llegó al colegio. Las últimas personas que la vieron fueron los pasajeros del ómnibus 103, al que ella había ascendido a dos cuadras de su casa. Quienes la conocen aseguran que Angela bajó en la esquina de Lavalle (no La Madrid, como se informó ayer) y Alem. Dos hermanas que iban al colegio aseguraron además que la mujer tomó en ese momento un taxi o un remise blanco, que podría ser Fiat Uno o Duna con vidrios polarizados, que continuó su viaje hacia el este.
Las adolescentes (su identidad se mantiene en reserva) dieron otro detalle muy importante para los investigadores. Dijeron que la mujer hizo detener al vehículo, que estaba circulando. O sea que el automóvil no estaba parado esperándola. “Ella hacía eso siempre que llegaba tarde. Tomaba en esa esquina un remise para llegar más rápido”, dijo Julio.
Las compañeras de Angela, que la esperaban en el colegio, se sorprendieron cuando demoraba. Ella además llevaba pelucas y otros elementos para la despedida de la docente que dejaba el cargo de directora. Con el avance de las horas pasaron de la sorpresa a la preocupación.
Primero, llamaron a Liliana. “Me dijeron que no había llegado, y yo creí que había tenido algún problema de salud, porque ella es muy responsable. Les dije que llamaran a su casa”, relató ayer la mujer. Entonces lo hicieron. Allí, como a las 9, las atendió Navarro, quien también se desesperó al saber que su pareja no estaba en la escuela. “Me pareció todo muy raro”, dijo Navarro. Se comunicaron con su celular y en algunos casos llamaba, pero nadie respondía, y en otros, pasaba directamente a la casilla de mensajes. Ayer, el teléfono estaba desconectado.
EsperanzasUna compañera la había llamado el domingo para decirle que pasara por su casa ya que tenía que darle un regalo para ella y otro para Navarro, pero no fue.
En el barrio Ceferino, donde vive la pareja, los vecinos estaban asombrados. “Ella es una mujer muy responsable. Muy querida por todos. Es increíble lo que está sucediendo”, dijo Martín, uno de los vecinos.
Teresa, otra mujer que vive en las inmediaciones, dijo que vio a Angela subir al ómnibus, como todos los días. “No entendemos nada. Ojalá aparezca pronto y todo sea un mal entendido”, dijo.
Ayer, la Policía y la Justicia -en base a distintos testimonios- comenzaron a seguir una pista en base a las comunicaciones de la mujer. Aparentemente, mantenía asiduos contactos con una persona, que sería un hombre, mediante mensajes de texto y por chat, a través de su computadora. La identidad de esta persona es una pieza clave en el rompecabezas que ya desespera a los investigadores.
“Ojalá que no le haya pasado nada malo”
Durante casi dos horas contó todo lo que sabía sobre el caso. Cuando Julio Navarro salió de la fiscalía VIII parecía a punto de derrumbarse. “Estoy destruido”, le dijo a LA GACETA. El hombre convive desde hace 15 años con Angela Argañaraz. “Somos muy unidos”, aseguró.
“Conté que ella salió, y que me llamaron las compañeras y después la hermana. Después me pasé el día con la Policía, que se movió por todos lados”, dijo el hombre, que es dibujante artístico.
“Pido por favor que la persona que sepa algo de lo que sucedió se contacte con la Policía. Que brinden datos. Angela es muy importante, es una gran persona, una excelente profesional. Ojalá no le haya pasado nada grave”, aseguró.
Navarro dijo que no sabía qué pudo haber sucedido. “Ella jamás dejaría de ir a trabajar. No creo que se haya ido a otro lado, ni con otra persona. Si ella pudiera, nos avisaría si algo le sucediera”, aseguró.
Navarro dijo que no le molesta que lo investiguen a él. “No es lindo, pero es lógico. Yo no tengo problemas. La quiero mucho y voy a colaborar en todo lo necesario”, afirmó, con los ojos brillosos.
PruebaEl Sutrappa deberá pasar una prueba de fuego. El Servicio Unico de Transporte Público de Pasajeros en automóviles que impulsó el gobernador José Alperovich para eliminar a los ilegales y para identificar a los choferes será una de las armas que utilizará la Policía para determinar la identidad de quien conducía el vehículo al que subió la docente.
Para esto, los investigadores cuentan con el dato de que el vehículo es blanco la marca es Fiat y el modelo es Duna o Uno, con vidrios polarizados. Todo esto fue revelado por dos testigos que, durante los dos minutos que dura el semáforo en rojo en la esquina de Lavalle y Alem vieron a Argañaraz subir al vehículo.
Si el automóvil está registrado, la investigación se facilitará. Sólo será necesario saber cuántos vehículos de esas características se anotaron en el Sutrappa. Ayer, la Policía ya estaba trabajando en esto.