Cómo convivir con un andropáusico

El primer round habrá terminado. Es probable que baje la guardia, pida una toalla y vuelva a su esquina. Si no lo asalta la manía por parecer más joven a cualquier precio (aún el más patético), es probable que se deprima. Eso le ocurrirá cuando ronde los 50 años. No podrá zafar de quien lleva el nombre de diosa griega: andropausia.

La divinidad, menos aceptada socialmente que su hermana menopausia, es una etapa real de la vida del género masculino. Pero no supone tiempos de agonía. Se trata del momento en que toda una vida muestra un nuevo sentido. La psicóloga porteña Beatriz Goldberg, especialista en crisis vitales, se atreve a romper esquemas en el libro "Cómo convivir con un andropáusico", donde habla en voz alta de la menopausia masculina.

- ¿Orgánicamente, la andropausia es parecida a la menopausia?
- Sí. En el hombre empieza a decrecer la testosterona desde los 45 años en adelante. El fenómeno existe con calores, sofocones, irritabilidad y mal humor.

- ¿Qué es un andropáusico?
- Se trata de un hombre que ha dejado de ser Superman, pero que no se ha enterado. Un andropáusico, casi sin excepción, no puede aceptar que ha envejecido. Pero no toda la culpa de su ceguera es de él. La sociedad misma lo ayuda a no ver lo evidente...

- ¿Por qué no se enteró?
- En primer lugar, porque evitó hacerlo: casi siempre es mejor ocultar lo que duele. En segundo término, porque la comunidad acepta como algo natural que un señor de más de 40 años tenga a su lado a una chica de 20, por ejemplo. Y, por último, porque vivimos en un mundo patriarcal en donde, de esto, no se habla.

- ¿Cuál es la tipología andropáusica que más se manifiesta?
- El nostálgico, que vive como joven y siempre está pensando en lo que era antes. Después está el negador, que es aquel que no acepta que le creció la panza, aunque se lo diga el espejo.

- ¿Cómo convivir con un hombre en esta etapa?
- La andropausia provoca un temblor en quien la atraviesa y otro sismo, interior, en las personas que rodean a quien está viviendo ese período. El problema es que no es un tema de gran difusión. Justamente por eso, suele suceder que el andropáusico no encuentra una explicación para lo que le sucede. Se siente raro, disminuido, enojado consigo mismo, disconforme con su aspecto y peleado con sus sentimientos. Con frecuencia, esas sensaciones las proyecta sobre su entorno.

- ¿Qué le aconseja a una mujer cuya pareja pasa por ello?
- Muchas señoras, por falta de información, se enojan con ellos, los regañan y no cesan de echarle en cara sus manías. Lo que no saben es que esa especie de locura es la consecuencia de un volcán que se ha abierto en su interior y produce irritabilidad, mal humor, deseo de discutir y hostilidad hacia los hijos.

Psicóloga al fin, Goldberg habla, sobre todo, de la psicología del andropáusico. Sin embargo, todo lo que experimenta un hombre que ha pasado los 45 años no sucede sólo en el interior de su cabeza: ocurre en la totalidad de su cuerpo.

Sin embargo, muchos especialistas no admiten que existe un paralelo entre menopausia y andropausia. Algunos, incluso, se niegan a reconocer que existe la andropausia. Su argumento fundamental es que, mientras las mujeres pierden su capacidad reproductiva con el cese de la menstruación, los hombres no la pierden nunca.

Por ello, muchos consideran que el término andropausia (pausia, del griego, cesación, corte) no es correcto.

Pero lo cierto es que el paso del tiempo no hace distingos de sexo. Por eso, la terapeuta recomienda al hombre con caídas hormonales y hondas repercusiones psicológicas que se deje querer, y que no gruña como un oso cada vez que alguien le pregunte qué le pasa.

"No hay que creer que la andropausia es el fin de la vida, sino el comienzo de una nueva etapa que puede ser tan productiva como las anteriores. Aunque el cuerpo no es el de antes, las ganas de vivir son las de siempre", concluye la terapeuta.