Identikit de un andropáusico

04 Abril 2006
Tiene insomnio. Es posible que a las cuatro de la mañana se levante y comience a dar vueltas en la cama. Generalmente, sólo después de un vaso de leche o una pastilla consigue entregarse nuevamente a la acogedora almohada.

Se siente siempre cansado. Tiene una sensación de fatiga permanente y se encarga de comunicarlo.

Está deprimido. No quiere salir. Tiene un aire ausente. Las buenas noticias lo dejan indiferente. Se acuesta temprano y no siente ganas de levantarse por las mañanas. Se pone aprehensivo e hipocondríaco.

A veces, se ruboriza y siente calor.

Está hipersensible e irritable.

Cree que el hábito hace al monje y, en consecuencia, se viste como si tuviera 30 años menos. Adopta la pose de conquistador con las amigas de la hija.

Sabe que su testosterona está en baja pero finge que no le importa. Le tiene tanto miedo al ridículo que prefiere autoproclamarse anciano antes que aceptar que puedan ser otros quienes lo rotulen de ese modo.

Considera que la madurez es la hora de la sabiduría y que el saber es la potencia de quienes ya no tienen 20 años. No deja de opinar sobre todo, meterse en lo que no le importa y sentenciar como si su palabra fuera ley.

Considera que no hay barrera que la ciencia no pueda superar y echa mano de aparatos de gimnasio, pastillas de toda clase y dietas macrobióticas.

A su alrededor comienzan a aparecer las máscaras capilares y faciales, los tintes de cabello y los catálogos de institutos estéticos para practicarse liposucciones.

Disminución del deseo sexual y calidad de erecciones, particularmente las erecciones nocturnas.

Disminución en la densidad de los huesos (osteoporosis).

Incremento en la grasa visceral.

Pérdida del vello corporal.


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