Guillermo se quedó con los honores

"Me conmueve el grito del hincha", enfatizó Barros Schelotto. "Debo ser el futbolista más odiado de la historia por los de River", admitió.

IDOLO TOTAL. La hinchada de Boca volvió a delirar con la viveza de Guillermo Barros Schelotto para cambiar el rumbo de un superclásico. NA IDOLO TOTAL. La hinchada de Boca volvió a delirar con la viveza de Guillermo Barros Schelotto para cambiar el rumbo de un superclásico. NA
28 Marzo 2006
BUENOS AIRES.- Tan sólo diez minutos le alcanzaron al “Mellizo” para cambiar la historia de un superclásico que parecía liquidado. Provocó la expulsión de un rival; generó la jugada del penal en el cierre de la lucha y ganó todos los aplausos de una Bombonera que latía. “Me conmueve el grito del hincha”, dijo.
Sobre el afecto de la gente, el ídolo de Boca aseguró: “el apoyo es fundamental para tener fuerzas de entrenar y saber que el domingo no jugás”. El delantero también sostuvo que le tocó ingresar en un momento límite del partido. ”Le dije a Ibarra que esperemos unos minutos para arriesgar del todo”, agregó.

Explicación
Acerca de las polémicas declaraciones del entrenador Passarella, en las que aseguró que Boca festejó el empate como un equipo chico, Barros Schelotto prefirió no generar un cruce fuerte con el entrenador de River y simplemente explicó: “se festejó que se pudo empatar en el último minuto y en inferioridad numérica, y porque cuando estuvimos 11 contra 11, Boca fue más. River alguna vez festejó así en su estadio, estando 1-3 debajo, con un cabezazo de Ayala”, señaló.
Barros Schelotto también dejó su testimonio sobre lo ocurrido en la jugada que generó la discutida tarjeta roja a Cristian Tula. “Fue con el brazo a golpearme y está bien expulsado”, sentenció Guillermo, tranquilo. Un Guillermo feliz, según sus propias palabras. Un Guillermo que se convirtió en un clásico de clásicos, después de dejar con toda la bronca al archirrival tanto en partidos de campeonatos locales como en la Libertadores.
“Me imaginaba entrando y quizá haciendo un gol. Y por suerte se dio la jugada donde me hicieron penal. Esto me da ánimo para seguir entrenándome. No pienso para nada en que esto es una despedida de la institución. Saludé así al final porque participé de la maniobra de la igualdad, por la alegría de la gente, que se imaginaba una derrota. Por eso es una gran felicidad”, comentó.
En Canal 13, para la edición “Chau, domingo”, confesó lo que en el mundo Boca ya todos saben: “debo ser el jugador más odiado de la historia por los hinchas de River”.
La cuestión es que Barros Schelotto rescató a la popular escuadra de La Ribera de una derrota segura y se fue en andas. Los ídolos son así: con su magnetismo entierran cualquier análisis. Quién lo duda.

Con genes
“Podio en las alturas para el ‘Mellizo’. ¿Héroe nacional? No. Héroe desde la cuna. Un tipo con genes, sangre, cabeza y decisión para oponer la mejor respuesta a la peor pregunta. Entró, salvó las papas, se quedó con la chica hermosa y rubia, la besó, the end”, escribió “Olé”. (Especial)