Entre el 20% y el 30% de los incendios es generado por menores de cinco años, según una estadística realizada por los bomberos en 2005. Además, los casi 500 incendios que ocurrieron en la provincia durante el año pasado se cobraron la vida de 23 personas: en la mayoría de los casos, se trataba de bebés.
"Es fundamental que a los chicos se los instruya en la escuela acerca del peligro que implica jugar con fuego. Asimismo, deben hacerse simulacros. Los padres tampoco son conscientes y muchos los dejan solos cuando se van a trabajar", señaló Raúl Daniel Lobo, jefe de Bomberos de la Provincia. "Los niños menores de un año son las principales víctimas; no pueden escapar de las llamas, mucho menos evitar aspirar el humo", explicó.
Advertencias
Si una persona se encuentra en un edificio y detecta fuego, debe llamar de inmediato al 100 o al 4 212 148 (Bomberos).
El humo y los gases pueden ser más dañinos que las llamas. Lo más indicado es no desesperarse, cargar los pulmones de aire puro y tratar de huir del lugar del siniestro. Si se trata de una construcción plana, debe arrastrarse por el suelo, por debajo del humo. Si se trata de un edificio, es necesario utilizar las escaleras; jamás el ascensor.
Hay que evitar aspirar porque además del factible intoxicación, tres bocanadas de aire, a más de 50º centígrados, producen quemaduras de primer grado en la faringe y la persona muere por asfixia.
Es importante tantear las puertas; si están calientes, no hay que abrirlas, no sólo para evitar quemaduras, sino también para impedir que el fuego siga propagándose. Tampoco conviene abrir las ventanas, salvo que la vida de la persona peligre. En ese caso, hay que abrirlas y colocarse debajo de ellas. Si el incendio se ocasionó en uno o dos pisos más abajo de donde se encuentra la persona, hay que intentar bajar y atravesarlos sin respirar. Si el incendio proviene de pisos inferiores, subir a la terraza puede ser más acertado. Nunca se debe saltar al vacío.